Estábamos en el taller de un amigo asando pollos a la mostaza. Fue la primera vez que vi al Filósofo de Cantina fuera de El Zacatecas. De hecho, la receta de los pollos es de él.
Había un gatito maullando cerca, pero nunca supimos exactamente dónde estaba. Cuando fui al Seven Eleven por más cerveza y unas servilletas, también compré una lata de atún. La puse en un rincón del taller para ver si el animalito se animaba a salir, pero nunca se apareció.
Maullaba y maullaba. Maulló toda la noche. Comencé a pensar que estaba atrapado o con las patitas rotas o que había caído en un pozo y tenía hambre.
La noche con mis amigos, bebiendo cerveza y comiendo pollo no fue tan relajante como la había imaginado. El gato me mantuvo intranquilo todo el tiempo. Aunque la música los disfrazara, yo los seguía escuchando de fondo: pesaban más sus maullidos que las notas de cualquiera de mis bandas favoritas.
El Filósofo de Cantina fue el único que notó mi malestar y aplaudió discretamente mi acción con la lata de atún. A todos los demás les valió madre. Es mas: puedo asegurar que ni siquiera escucharon al gato.
“Dicen que así es la conciencia: que nunca se calla, que te persigue por las noches, que no te deja dormir ni vivir… Dicen que sólo aquellos de espíritu abyecto la pueden callar, pueden escapar de ella y dormir y vivir tranquilos.
No ser un ojete tiene su precio, Gustavo” -me dijo el Filósofo de Cantina la primera vez que no lo vi en El Zacatecas.
Había un gatito maullando cerca, pero nunca supimos exactamente dónde estaba. Cuando fui al Seven Eleven por más cerveza y unas servilletas, también compré una lata de atún. La puse en un rincón del taller para ver si el animalito se animaba a salir, pero nunca se apareció.
Maullaba y maullaba. Maulló toda la noche. Comencé a pensar que estaba atrapado o con las patitas rotas o que había caído en un pozo y tenía hambre.
La noche con mis amigos, bebiendo cerveza y comiendo pollo no fue tan relajante como la había imaginado. El gato me mantuvo intranquilo todo el tiempo. Aunque la música los disfrazara, yo los seguía escuchando de fondo: pesaban más sus maullidos que las notas de cualquiera de mis bandas favoritas.
El Filósofo de Cantina fue el único que notó mi malestar y aplaudió discretamente mi acción con la lata de atún. A todos los demás les valió madre. Es mas: puedo asegurar que ni siquiera escucharon al gato.
“Dicen que así es la conciencia: que nunca se calla, que te persigue por las noches, que no te deja dormir ni vivir… Dicen que sólo aquellos de espíritu abyecto la pueden callar, pueden escapar de ella y dormir y vivir tranquilos.
No ser un ojete tiene su precio, Gustavo” -me dijo el Filósofo de Cantina la primera vez que no lo vi en El Zacatecas.
¡El gato!
ResponderBorrarJuro que iba a comentar algo productivo y brillante pero... mi mente comienza a preocuparse por el gato, en exceso. ¿Qué pasó con él?
Sabías palabras.
ResponderBorrarEl filósofo de Cantina..
ResponderBorrarEs lo que siento cada vez que veo un animalito desprotegido, al cual no tengo manera de ayudar...snif.
ResponderBorrarEsa última seguidora tuya, la tal Chuc: esta como para aventarle todo los mecates en la pancita.
ResponderBorrarjaajjaja ches anònimos no dejan una pa comadre jajajajaja.
ResponderBorrarexelente post gatuno mi guffo.
El filosofo de cantina no te ha ensenado a tener los huevos para decirle las cosas a la gente de frente?
ResponderBorrarY lograste rescatar al gato?
ResponderBorrarhola guffo!! muy sabias palabras.. ya se le extrañaba al filosofo, espero lo saques mas seguido! saludos desde toluca
ResponderBorrarEl gatito nunca apareció. Imagino que estaba en el local de a lado o en algún patio cercano. Y sí: me quedó la angustia de que no dejó de llorar, snif.
ResponderBorrarY ya dejen por la paz el post anterior, anónimos orates. No lo tomen literalmente, pinches loquitos deshuevados. ¿Se fijan el daño que les ha hecho la televisión?, que creen que hasta Superman vuela.
Ni me faltan huevos para decir las cosas de frente ni pierdo amistades por esas pendejadas ni soy grosero ni todo lo que escribo es cierto.
Se llama humor negro, se llama contar historias, se llama exageración, se llama crear personajes y situaciones, se llama ejercicio escrito, se llama hobbie.
Y sí, esto sí se los estoy diciendo en su cara, a ver si tienen los huevos para poner nombre y foto a la otra que comenten, culitos.
Escuchar a un animal sufriendo despierta el deseo de ayudarlo. Yo no creo que eso tenga que ver con la consciencia.
ResponderBorrarbuen post, hace unos dias atropellaron un gato por mi casa y por mas que quisimos no pudimos alivianarlo.
ResponderBorrarUnos amigos que se la rifan con los animalitos y yo lo llevamos a una veterinaria de gonzalitos y lo "durmieron", esta gacho cuando la gente no cuida sus mascotas, yo tengo un perro que es como la fregada pero ni loco lo cambiaba o tiraba a la calle.
saludos guffo.
Yo
ResponderBorrarHay anonimo que pena das, tener que tener pensamientos obscenos con una foto que ni se ve nada mas por que eres un cerdo pervertido y sin nada que hacer, de seguro te la estas jalando
Chale GUffo, ¿entonces a huevo hay que firmar para postearte?
ResponderBorrarLa grandeza de un hombre se mide por el número de enemigos que tiene.
ResponderBorrarLa grandeza de un blogger se mide por el número de seguidores que tiene... pero yo creo que principalmente por el número de pendejos que le postean insultos como anónimos.
Venga, eres grande!
:s yo sufro cuando los gatitos lloran, he vivido rodeada de gatos TODA MI VIDA no soporto verlos en mal estado :s
ResponderBorrarEn lo personal me duele mucho cuando algún animalito sufre. En alguna ocasión rescaté un perro de calzada de tlalpan, iba hacia el trabajo (yo no el perro). Lo que más me asombró fue que la asociación que dizque rescata animles y a la que pedí ayuda me pidió lana.
ResponderBorrarEn fin, ese perro lo tuve un tiempo en la casa y luego se lo obsequié a mi cuñada. Ahora es un perro con hogar, cariños y cuidados. En verdad, si no tenemos tiempo para cuidar mascotas, mejor no tengamos.
Saludos y cuánta razón tiene el filósofo de cantina.
Por cierto, gracias por tu comentario. Lo tomaré en cuenta.
ResponderBorrarSaludos.
Chale, tengo una amiga que dice que la consciencia es un accesorio que uno escoge cuándo usar. La neta no creo, pero ella así justifica sus culeradas.
ResponderBorrarq es abyecto??? jejeje orita lo googleo... poder dormir como bebe es lo mejor y eso es tener la conciencia tranquila...gunait ;o) besis
ResponderBorrarme encanta por que es: "Dicen..."
ResponderBorrarcomo que a él no le consta...
...su conciencia debe ser muy discreta... XD
Al igual que tu, sufro mas por el sufrimiento de los animales que el de las personas.. Simplemente son mas humanas que las personas, por mas curioso que se oiga.
ResponderBorrarSiempre busco como ayudar los animales que encuentro. Lo mas curioso que he ayudado fue un colibri deshidratado. Se aliviano al punto de volar un poco, pero no sobrevivio x el calor.
Pero almenos pude ver como los colibries se alimentan. Lo enterre en el jardin del lugar donde entreno.
Saludos! =)
Es la 1ra o 2da vez que posteo en tu blog (no recuerdo, maldito alcohol) no le habrás hecho alguna maldad a un gato anteriormente para traer el cargo de conciencia? O solo fue que no dejó de maullar?
ResponderBorrarSaludos desde la capital de la influenza.
a mi también me incomoda cuando un gato anda maullando, mas cuando parecen llantos de niños!!!
ResponderBorrarJejeje muy chido el post. Grax. Saludos.
ResponderBorrarcomo es la receta de pollo a la mostaza por fa.
ResponderBorrarno has pensado en tener una sección especial sobre el filósofo de cantina????
ResponderBorrarsabio sabio sabio
pfff imaginate si uno pudiera distraer a la consciencia con una lata de atun...
ResponderBorrarBueno, qué pasó con el felino? Te fusite, a los demás les valió el gato y por ende a vos y al filósofo también o qué? Lo dejaron entonces?
ResponderBorrarAnimales más cruentos que los propios humanos, no hay.