Cada que lo negaba, Eduardo la abofeteaba con más coraje. Ahí estaban las pruebas, cómo se atrevía a decir que no era ella si ahí tenía las pruebas en la mano su marido: las fotografías que alguien había dejado en el tapete de la puerta principal de su casa dentro de un sobre blanco sin remitente ni nombre ni nada. Cada que se las mostraba a su mujer, ella lo negaba, y Eduardo le atizaba más fuerte. ¡¿Me crees pendejo o qué Leticia?!, aquí estás tú con tu ex novio Fernando, ¿o me vas a decir que no eres tú, hija de la chingada?, ¿me vas a salir con que es una foto photoshopeada o qué, pendeja?
Leticia lloraba con un ardor insoportable en la mejilla, mientras trataba de darle una explicación a su histérico marido, pero cada que intentaba hablar, recibía un cachetadón que le volteaba el rostro y la tumbaba contra el colchón. En esa última y sonora bofetada, Leticia sintió el sabor agrio de la sangre dentro de su boca.
Había fotos de ella saliendo de un restaurante con su ex, subiendo al coche de éste y entrando a un motel. Cuando Eduardo se cansó de golpearla, le aventó las fotografías en la cara y se puso a llorar desconsolado en la orilla de la cama. Leticia se limpió el rostro, se tocó el labio inferior y no se atrevió a mirar detenidamente las imágenes que la delataban. Alguien la había querido joder y lo había logrado.
Pero eso de las fotos no era del todo cierto, por eso lo negaba ante Eduardo, porque lo del motel no era cierto. ¿Por qué había una foto de ella entrando a un motel con Fernando si ella no había ido? Eso de la photoshopeada no sonaba tan descabellado, pero ¿quién se tomaría la molestia de hacer eso si ni enemigos tenía y Eduardo no había pagado por un detective? Porque es en serio: Leticia nunca había engañado a su marido, nunca, ni le había dado motivos para que sospechara de eso. Sí, sí había ido a comer con Fernando sin avisarle a Eduardo y pensó en decirle pero maquillando un poco la realidad: le diría que se había topado con Fernando por accidente en el centro comercial y que éste le invitó un café. Sí, sí se había subido al coche de su ex pareja, pero nunca fue con él a un motel: se bajó a las dos cuadras, justo en el estacionamiento de su lugar de trabajo, donde había dejado el coche aparcado. Eso trataba de explicarle a su hombre, pero no pudo. Las pruebas ahí estaban. Alguien había querido joderla y lo logró.
Una semana antes Leticia telefoneó a Fernando para saludarlo. Habían terminado hacía ya algunos años, fue Leticia quien rompió con Fernando porque ella quería casarse y Fernando no podía porque pasaba por una mala racha económica. Leticia volvió con Eduardo, un antiguo ex novio que tenía en la preparatoria y se casó con él al año de terminar con Fernando. Llamó por teléfono a Fernando porque nunca le dio explicaciones de su ruptura con él y, en cierta forma, eso siempre le remordió la conciencia. Un día simplemente dejó de contestarle sus llamadas, cambió de celular, se fue a vivir con Eduardo y se casó con él. Ni un aviso ni nada, ni una discusión ni un “ya no te amo”; simplemente desapareció de la vida de Fernando sin avisarle. Leticia quería sacar ese peso de su pecho, esa carga en su conciencia que no la dejaba tranquila, por eso decidió hablarle a su antiguo novio después de quién sabe qué tantos años de no saber nada de él. Le habló para pedirle una sincera disculpa y Fernando la aceptó diciéndole que no se preocupara, que no tenía qué haber hecho eso, pero Leticia le insistió en que tenía que sacarlo para estar más tranquila con ella misma. Platicaron un rato y fue Fernando quien la invitó a tomar algo al día siguiente. Leticia aceptó porque seguía sintiendo culpa de lo que le había hecho años atrás. Sólo por eso aceptó, no porque no amara a su marido, lo quisiera engañar o Fernando le provocara cosquillas en la panza. Quedaron de verse en el Hippo´s a las cuatro de la tarde.
Fernando ya tenía novia, se llamaba Eva, y no sabía si decirle sobre la llamada de Leticia y la invitación al restaurante. Prefirió no hacerlo.
Leticia también pensó en decirle a Eduardo; y se lo diría, pero a su tiempo. Sí se lo iba a decir a su marido porque ya no quería tener más cargas emocionales ni cosas que la hicieran sentirse culpable.
El día en que vería a Leticia, Fernando fue con Eva a desayunar a un VIPS y después a un motel a hacer el amor, del cual salieron a medio día. Ambos eran dueños de su tiempo pues se dedicaban a los bienes raíces y ese día no tenían citas para mostrar propiedades.
Dieron las cuatro de la tarde, Fernando dejó en su casa a Eva inventando alguna excusa y se fue al Hippo´s para encontrarse con Leticia. Y ahí estaba ya ella en una mesa cerca de la barra, pero alejada del gran ventanal que da a la calle.
Platicaron de todo y Leticia se disculpó con él por haberlo dejado de la manera en que lo dejó y Fernando le insistió en que no había problema, en que no se siguiera mortificando por eso, que nunca le guardó rencor. Fernando se tomó tres cervezas y Leticia prefirió beber dos capuchinos. Para antes de las 7 ya estaban saliendo del lugar. Fernando le ofreció a Leticia llevarla por su coche cuando ésta le dijo que se había ido a pie al restaurante porque el lugar de su trabajo –un despacho jurídico- estaba muy cerca de ahí. Leticia aceptó el raid y subió al coche de su ex novio. Fernando manejó dos cuadras, detuvo el coche en el estacionamiento del despacho y Leticia bajó muy agradecida metiendo una de sus manos en el bolso para sacar las llaves y con la otra señalaba su carro –uno grande y de color gris- que ya era de los pocos que estaban en los cajones del aparcamiento. Fernando se despidió de Leticia, le agradeció que hubiera aceptado su invitación, aceleró y fue a casa.
Un par de días después, Lacho, el mejor amigo de Fernando, llegó a casa de éste.
- ¿Qué tal salieron las fotos, wey? –preguntó Fernando después de saludarlo de mano.
- ¿En serio sí te vas a chingar a Leticia así de feo? –respondió Lacho
- No sé. A ver qué pedo… ¿Por qué?...
- No, nomás; creo que ya debes de dejar eso de Leticia atrás y dedicarte a querer a Eva y...
- Ah chinga, si a Eva la quiero un chingo…
- Yo sé, wey, no es que no la quieras, lo que digo es que ya no te andes con estas cosas; pareciera como si todavía te importara mucho Leticia. Ella es feliz con su marido… ¿Estás conciente de el pedote en que la vas a meter?, ¿del daño que les vas a causar?
Fernando sólo se quedó callado y tomó las fotos.
- ¿También tomaste las de Eva y yo entrando al motel? –preguntó.
- Sí, wey, todas las que me pediste aquí están –respondió Lacho.
Continuará...
Ahhh! Esta bueno ... siguiente parte ! siguiente parte ! siguiente parte ! =P
ResponderBorrarUta!!! Ahora hasta el lunes para ver la siguiente parte...espero.
ResponderBorrarme dejaste bien emocionada mendigo fernando por su culpa le metieron sus fregadazos a leticia :(
ResponderBorrarPinche guey gacho......
ResponderBorrares caso de la vida real??
ResponderBorrarmmhh he de decir que me pareció un poco predecible, para la mitad del relato, ya sabía que había sido Fernando el que envió las fotos.
por cierto, nunca terminó la otra historia... la del sótano-biosfera, esa estaba más interesante y jalada de los pelos.
Saludos!
...pinche Leticia pa que le anda haciendo a la mamada... mucho pinche remordimiento no???....
ResponderBorrarSaludos!!!
pinche doble moral que se vive en estos tiempo
ResponderBorraren fin
slaudos
Zas!! si algun dia la verdad se aclara. Quien le va a quitar a la pobre sus catorrazos?? Muy buena historia!!
ResponderBorrarSaludos,
Bery
Zas!! si algun dia la verdad se aclara. Quien le va a quitar a la pobre sus catorrazos?? Muy buena historia!!
ResponderBorrarSaludos,
Bery
Mendigo Fernando ...se me hace que todavia siente algo por leticia la Golpeada pobree....
ResponderBorrarNunca el remordimientos, es o ha sido causa de buenos sentimientos. Lo mejor es siempre dejar que las cosas sucedan.
ResponderBorrarAsi como el alcoholico se dice arrepentido de haberse embrutecido todos los días. ¿será cierto?
Tambien es gacho, tomar venganza y mas de una mujer. Siempre he dicho que, (a menos de que alguien opine lo contrario, ya que no es decreto)es mejor mil veces, darse la media vuelta a tomar una iniciativa de golpes. Entiendo el coraje que habra sentido Eduardo, sin embargo, era preferible no decir nada y salirse de la casa. Quizá con el tiempo se diera la verdad en este embrollo.
Pero esperemos el desenlace.
Saludos Don Guffo
Gracias a todos por los comments. Igual y subo la otra parte mañana.
ResponderBorrarMe imagino que ya todos han de estar pensando en lo que va a suceder. Vamos a ver qué pasa, a ver si ora sí los logro sorprender aunque sea tantito; si no, pos ni modo, snif.
Y no, el giro en la historia no va a ser que Leticia era un zombie, jaja.
Buen fin de semana.
ya se, fue panchito lopez ballesteros el que calento a don fernando y lety la fea se la cargo el payaso y terminan juntos panchito lopez y lety
ResponderBorraryo digo que si se lo estaba haciendo pendejo.
ResponderBorrarPense que estaba leyendo un libreto del programa de Silvia Pinal, no te creas.
ResponderBorrarBien el comienzo, estoy intrigada capaz que Leticia se transforma en Camelia La Texana o en la Reina del Sur y le mete sus catorrazos al fulano de su marido y de paso al otro falto de cerebro del ex-novio.
Me escuche muy violenta, pero bueno ya de perdis que lo denuncie que al cabo ya hay nueva ley contra los golpeadores.
Saludos ventosos desde SLP, para ti y Fabi
Queremos vengaza, Guffo. La venganza de las mujeres engañadas.
ResponderBorrarDesde hace tiempo soy muy fans, pero no había comentado (típico).
Saludos. Que tengas un buen fin de semana de inspiración en las cantinas.
a mi se me hace que lacho le pone con la eva
ResponderBorrarsaludos
Fernando y Lacho son amantes....jejejeje...por eso odian a las mujeres, son gays!!!!!!
ResponderBorrares cierto, esta medio predecible, pero eso no le quita lo... intrigante y suspensoso, haha.. ya espero la segunda parte.
ResponderBorrarsaludos!
es cierto, esta medio predecible, pero eso no le quita lo... intrigante y suspensoso, haha.. ya espero la segunda parte.
ResponderBorrarsaludos!
es cierto, esta medio predecible, pero eso no le quita lo... intrigante y suspensoso, haha.. ya espero la segunda parte.
ResponderBorrarsaludos!
aaaah que la... no se quiere publicaar!
ResponderBorraren fin...es cierto, esta medio predecible, pero eso no le quita lo... intrigante y suspensoso, haha.. ya espero la segunda parte.
saludos!
Es que la verdad, las mujeres hacen cada tontería. Dizque lo hacen por que son sensibles y cosas de esas, pero... la sangre corre y nadie tiene la culpa mas que ellas. Ella estaba necesitada de otro hombre y se le hizo fácil llamar a su ex para
ResponderBorrar"platicar" ¡ajá!
Yo ya estaba preparado en caso de que fuera zombie!
ResponderBorrarhttp://gizmodo.com/gadgets/gadgets/the-zombie-preparedness-kit-195294.php
¿Lacho el locutor? Chiste para regiomontanos.
ResponderBorrar¿Lacho el locutor? Chiste para regiomontanos.
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