sangría...

Como el hombre de poca fe y mariconsón para las agujas que soy, ayer doné sangre pa´l carnal de la Fabi. Lógicamente, salió a relucir el Guffillo aquel de los años ochentas, cuando mi mamacita tomaba refresco TAB y yo jugaba con mi pista de carreras Zip Zap, mientras añoraba una de los Hot Wheels. Brotó aquel niño miedoso, sudoríparo y jeringafóbico que preguntaba bien culeadillo "¿me va a doler, señorita???". De niños, a uno le echan mentiras y le dicen que no le va a doler ni madres pa´que no se raje, y eso tranquiliza, aunque a la mera hora terminemos chillando por el piquete; pero uno nomás se aguata porque sabe que al final, el doctor le dará una paleta de premio. Pero a mí sí me la soltaron duro y a la cabeza: "Sí, sí duele, joven". ¡Ay mamachita!, pa´qué ando de pinche preguntón si ya estoy peludito para andar de jotilingas. Y sí me dolió, pero me aguanté como el Macho Man que soy, ¡ajuuua!!! Ver cómo va saliendo el Mole Doña María del brazo es bien curioso. No sé por qué al ver la manguera llena de moronga me imaginé que estaba en una playa chupándome un Clamatote mientras hacía un pozo en la arena pa´no pararme al baño a orinar; pero luego, como que me dio asquito eso del Clamato. Después pensé, que la única sangre que no me da asco, es la de las películas y la de la regla; pero eso es por pinche cachondo que soy. Como diría un amigo: "Cuando mi vieja anda en sus días, yo soy como los borrachos al volante... Me paso los rojos, ¡joijoijoi!!!".

Snif... y el doctor no me dio mi paleta por bien portado...