gracias a la banda...

Pues aprovechando para agradecerles de parte de la Fabi y mia todos sus buenos deseos. Neta que nunca terminaremos de darles las gracias.

No he estado el tiempo que hubiera querido estar a lado de la Fabi porque me salió un jale en Mary Kay (¡¡¡qué emoción, por fin voy a tener mi estuche de maquillaje y mi carro rosa como la Barbie!!!) y unas méndigas ilustraciones. Siempre cae jale cuando uno menos quiere que caiga jale. ¿Por qué no dejan a uno huevonear a gusto???

Esto de la posteada es una pinchi adicción bien cabrona, pero como orita mi humor está más ñoño que el del orate ese que se la pasa molestando cocordilos y jalándoles la cola en la tele, pos mejor me limito a poner algo cortito; no vaya a ser que mis únicos dos fans (La Fabi y yo merengues) no vuelvan a leerme por mamilas y desinspirado.

Por lo pronto, les diré otras tres cosas que no sabían de mí:

1.- Uno de los días más gloriosos de mi infancia fue cuando me aprendí a limpiar la coliflor yo solito. Aunque siempre llegaba con los calzones graffiteados por no limpiarme bien. Tuve que mejorar mi técnica pa´que mi jefecita ya no me pusiera a lavar mis chones como castigo; o sea que, en vez de hacer bola el papel higiénico y frotarlo por mi anito, mejor lo empecé a doblar con delicadeza y a oprimir con más fuerza hasta que saliera blanco como estaba. Aí les encargo las rosaduras que me dejaba por tallarme de más el arrugado con tal de no hacer enojar a la jefa.

2.-Durante la prepa -y parte de la carrera- dormía con una media en la cabeza porque mi pelo estaba más grifo que el del Rigo Tovar. Como quiera, mi amá -según ella- me parecá a Chayane con mi melena larga; pero yo más bien me hallaba parecido a Ricky el de Menudo. Creo que esto de la media ocasionó que mi frente se juntara con mi nuca y ahora voy que vuelo pa´ser el clon de Salinas de Gortari. Snif.

3.- Doña Copas era una ñora bien buenota que vivía por la casa. Le decíamos Doña Copas porque suponíamos que usaba brasier copa doble D y, aparte, era bien pedota la canija. Juarjuarjuar y la balconeábamos y una vez que la fuimos a balconear, ahí ya estaba un amigo bien cachondo con los pantalones abajo, el cochinote juarjuar. Y cuando nos vio, se espantó todo y se fue de nalgas al zacate juarjuarjuar. Desde ahí se le quedó el apodo de El Enfermito.

Saludos.