Le rayé su aborregada y esponjocita madre a la nube que me tapó el sol y entorpeció mi proceso de bronceado estilo Roberto Palazuelos. Con lentes piratas de 70 pesos -pero bien cool-, cerveza y alberquita pa´mojarnos la mollera, unos compas y yo nos armamos un Acapulco en la azotea entre semana, juarjuar, mientras otros trabajaban, juarjuar. Voltié al cielo con cara de Luis Miguel en yate bebiendo Corona: frunciendo la nariz como si oliera a baño de gasolinera y enseñando las mazorcas que tiene por dientes. Los cirros o cúmulos o estratos (no sé qué fregaos eran), se empeñaban en negarme el bronceado perfecto. Encabronado y aceitoso por el bronceador, alcé mi mano izquierda para pintarle un dedo (el de en medio) a la Madre Naturaleza, por ser tan gacha conmigo; y yo que tanto la cuido, snif. Todo el mes había sido un infiernito y, ahora que me tiraba verijas al sol, me lo tapaban. En eso, una libélula se posó en mi dedo índice, justo antes de que hiciera yo la grosería. No sé si era una libélula teporocha y se estaba sorbiendo la cheve que transpiraban mis yemas dactilares; lo asombroso del asunto es que aterrizó en el dedo con el que me saco el moco y ahí se quedó por un buen rato. Me apendejó la acción del insectito ese y los cuestionamientos existenciales empezaron a caer como granizo en mi chompa. Presagio... señal... milagro... suerte... chiripa o, símplemente, una libélula pedota; veanlo como quieran. Todos añoramos ser especiales, ser únicos en un billón. Claro, pa´lo que nos conviene, mientras sea algo bueno. No ser ese uno en un millón que se muere en una cirugía o le da una enfermedad bien loca. Ser ese uno en un millón al que le pica la araña radioactiva y se vuelve superhéroe o ese uno en un billón al que el cáncer de huevos se la pela. Bueno, pues ese día me sentí así: uno en un millón. Viví, sentí y capté un momento que quizá nunca más se vuelva a repetir: estar chupandome una cheve con una libélula de mascota.
Buen inicio de semana.
La madre naturaleza te la mandó para que evitaras la señal que le tenías preparada unos instantes después, jejeje...
ResponderBorrarGracias por la visita Guffo...aunque a veces se me pasé opinar, aquí andamos todos los días...
Saludos!
nunca e visto libelulas pedas... perros si, libelulas no, aumm.. (...pensando...)... nop, nunca e visto libelulas pedas.
ResponderBorrarfeliz inicio de semana :)
que padre historia, me gusta como describes tus gestos con el sol, me los imagino! jajajajajajaaja...
ResponderBorrarEs una señal del apocalicsis...
ResponderBorrarO una foto muy chida...
Que se me hace que te chentaste la libelula con un matamoscas y despues la pegaste con UHU a tu dedulce pa apantallarnos a todos con tu historia!
Por si no, po sigue cuidando a la moter neitur
Artsy Picture.
ResponderBorrarAunque a veces digas mas babosadas que cosas extraordinarias no dejo de transportarme a tu mente con tus narraciones.
Úkela, puro incrédulo el día de hoy. Ustedes nomás disfruten de la foto y de mis babosadas, jejejeje. Saludos a todos y buen inicio de semana.
ResponderBorrarbuuaa!!
ResponderBorrarte hago caso guffo.. sòlo disfruto tu foto jaja bueno pues y tambien te leo con mucho gusto.
un beso.
a mi no me haces wey! es photoshop! jejeje, neee no se crea, que habido guffs como andamos?
ResponderBorrarPues que buena foto, no hay nada más que decir. Yo ya tiene rato que no veo una libélula, creo que la contaminaciión ya las mató. Snif, saludos Guffin.
ResponderBorrarChingona la foto y sí, es cierto eso de querer sentirse uno en un billón. A veces se nos concede por un momento [como a usted] y a veces eternamente [como a Bart Simpson].
ResponderBorrarPuto privilegio concedido solo a unos cuantos...
Un abrazo y buen inicio de semana.
q foto tan chingona!!!
ResponderBorrarsaludos guffo!
Ps, no importa que sea puro choro, ai laiquet xD
ResponderBorrarChale: que no es photoshop ni tampoco una libélula de mentiras. La neta la neta fue un caballete que cayó en la alberca, lo saqué con la mano y ahí se me quedó por un buen rato mientras se secaba y podía volver a volar (imagino yo). Y como siempre traigo la cámara pa´todos lados, pos...Esta confesión es como decirle a un niño que no existe Santa Clos, snif.
ResponderBorrarguffo, si kieres saber la historia esta en el post abajito de las fotos... saludos y buenas noches
ResponderBorraryo una vez tuve una lueciernaga. pero se murio por encerrarla. buuua :(
ResponderBorrarah que foto mas chingona... la libelula no era de plastico, eda??
ResponderBorrarcheve, jejejejejejejejejejejejeje..........
ResponderBorrarQue foto tan perrisima heeeeeee!! saludos buen martes!!
ResponderBorrary pa q les explicas :P bah!
ResponderBorrarLa vida está llena de momentos, a nosotros sólo nos corresponde ser más perceptivos, incluso cuando creemos que la misma naturaleza nos está amolando el día... (shiaz.. tuve que componerle, pues había empezado a sonar como comercial de kodak o american express)
ResponderBorrarAqui leyendolo Sir, esas conexiones con la naturaleza son muy escasa pero la neta son bien intensas, son como la libelula demasiado fragil y huidiza...(chale que intenso me escuche)
ResponderBorrarQue suerte... Yo aun espero que una mariposa se pose sobre mi cabeza!!
ResponderBorrarSaluditos ;)
Bueno no importa que solita no se haya posado en tu dedo, el que la salvarás de la alberca ya es bastante reconocible, además de que se te ocurriera deleitarnos con esta foto.
ResponderBorrarSaludos.
Y si te quieres broncear vente a Hermosillo ¡yo sé lo que te digo!...
Neta que ya pienso que somos las sucursal del infierno ¡snif!
That was a hysterical entry, I read it to my mother because we were discussing whether or not to call a dragonfly a 'caballete' or a 'libelula'.
ResponderBorrarAhora, gracias, estuvo 'chevere'.
ciao
ijoputa ke buen pedo lo del dragon volador
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