historia maricona...

Como ya les había platicado, yo soy un imán para los putitos. Desgraciadamente me siguen más jotilingas que viejas. Recuerdo mis primeras vacaciones con mis amigos, fuimos a Mazatlán. Tendría yo unos 17 años porque me acababan de dar mi media cartilla militar. Venía de la disco caminando con un amigo hacia el hotel (3 estrellas y sin playa). Los otros 2 camaradas se habían perdido en el antro. Traíamos unas bebidas nuevas en la mano y andabamos ya medio fumigados de alcohol y cansancio. El cuarto estaba cerrado y no traíamos la llave, la llave la traían los otros 2 cabrones porque habiamos perdido la otra. Y ni pedo; a esperar a los otros. Y que en eso llega un par de putitos, bien lindos ellos, con sus mechas pintadas de güero. Yo me quedé callado...
- Heeey, ustedes estaban ahorita en la disco, ¿verdad???
- Si... jeje
- Ya los habiamos visto aquí en el hotel, ¿están en ese cuarto???
- Si... jeje
- Vienen más, ¿verdad???
- Sí, somos 4... pero los otros ahorita vienen...
- ¿Por qué no los esperan mientras en nuestro cuarto, para que no estén aquí afuera???.
- No gracias, es que ya venían...
- Pues ahorita que lleguen les hablamos del cuarto para que suban también, tenemos botellas de vodka y tequila... ¿Cómo ven???, eh, por qué tan callado tú...

Yo no había dicho nada hasta ese momento, pero cuando el putito me dijo eso, que sale toda mi hombría y mi honor y que aviento la pinche bebida a la chingada y me arranco corriendo echo la madre todo espantado juarjuarjuar. Y ahí iba yo como pendejo, corre y corre con los ojos pelones, buscando a mis otros dos camaradas, juarjuar. Lógico que la pinche carrilla no me la acabé, ni la cagoteada de mi amigo por haberlo dejado sólo con los maricotas. Pa´que no corría el pendejo. Total, dijeron que salí más puto que los putos. Y qué chingados, uno cuida su fundillo...