Llámenlo arte moderno, contemporáneo, posmoderno, minimalista o el calificativo que quieran endilgarle a eso que exhiben algunos museos y galerías, pero, la mayoría de las obras que representan estas corrientes, parecen más una tomadura de pelo.
Es bien triste saber que hay un montón de personas talentosas que, por ejemplo, andan mendigando que les paguen lo justo por unos dibujos que hicieron para una agencia de publicidad, mientras otros huevones irresponsables sin talento acaparan los reflectores y exposiciones más importantes del país -y del extranjero- con sus mamarrachadas sobrevaloradas (¡hola, Gabriel Orozco!).
"Habría que definir lo que es el talento, Guffo", dirán algunos mamertos, o: "Habrá que definir qué es arte", dirán otros más mamertos, pero la neta me da mucha hueva entrar en ese terreno tan truculento porque creo que es precisamente el lugar común al que recurren los carentes de capacidad creativa para defender "su trabajo". Recurrir al "Es que habrá que definir qué es arte" es hacerse pendejo. Es como no saber qué es obrar bien y qué, obrar mal. El arte no es un dilema. No creo que sea algo moral o inmoral; tampoco algo relativo o que dependa por dónde se le vea o el contexto en el que se encuentre. Un basurero no se convierte en arte nomás porque a algún chiflado se le ocurrió ponerlo en un museo. El arte es arte dentro y fuera de ese sagrado recinto.
¿Definir "arte"? ¡Qué hueva! Aparte, no soy el indicado porque no soy experto en payasadas. Mejor les recomiendo que lean a Avelina Lésper para que ella misma los instruya y aprendan a diferenciar entre un verdadero artista y un mamarracho caprichoso sin talento que cree ser artista; léanla para que no caigan en el chantajito ese de: "Habría que definir lo que es el arte porque, si no, todo puede ser arte y nada puede serlo", o el típico: "Es que tú no entiendes de arte".
Pero bueno, les comento esto porque he ido a unas cuantas exposiciones "de arte" últimamente y, oh, mi Dios: qué horror.
Pasemos a analizar algunas obras que de seguro no entendí por ser un ignorante. La primera es un ropero. Sí: un ropero.
Aaaah, pero el ropero tiene patas. Uuuuy, sí, es un ropero con patas... sí, uy, qué gracioso; sí, uy, muy novedoso y digno de ponerse en un parque temático de Disney donde los muebles cobran vida. Pero, ¿y luego?...
"Es que tú no entiendes de arte, Guffo; es muy fácil criticar cuando no sabes de arte y cuando no haces arte y cuando no arriesgas nada y cuando...".
Sí, tábueno.
Sigamos con la siguiente pieza.
Sí, es una cabeza de
peluche que parece Falcor, el dragón de La historia sin fin, pero travestido
como reina del carnaval de la verdolaga. Es arte porque... este... mmmmm...
pues está en un mueso y mmmh, pues... ¡me rindo! No sé qué
chingados...
"Pues sí, Guffo, pero eso a lo que llamaste Falcor travesti llamó tu atención; la obra hizo que te detuvieras a contemplarla y le tomaras una foto; provocó algo en ti, y ésa es la intención del arte; por lo tanto, esto es arte".
Eeeeh... O-okey...
"Pues sí, Guffo, pero eso a lo que llamaste Falcor travesti llamó tu atención; la obra hizo que te detuvieras a contemplarla y le tomaras una foto; provocó algo en ti, y ésa es la intención del arte; por lo tanto, esto es arte".
Eeeeh... O-okey...
En la siguiente
imagen podemos apreciar unos trapos colgados en la pared, una redes y uno palos
acomodados de forma extraña, como formando una casita y otros que parecen una
escalera.
De seguro, como soy un ignorante que no entiende el trasfondo político/social/cultural de esta obra, la critico. Pero como no me gusta criticar sólo por criticar, sino también proponer, propongo como artista prometedor al vagabundo que habla solo y pide limosna en el crucero de por mi casa; ese señor todo chamagoso que duerme en una construcción abandonada donde cuelga sus trapos en clavos, igualito que el autor de esta obra. Además, el señor este también amontona de forma extraña la leña que corta en los lotes baldíos aledaños para no pasar frío en las noches. En serio que deberían de llevarlo a exponer en la galería más chic de Miami o, incluso, al Louvre, porque neta que está a la altura de este artista.
De seguro, como soy un ignorante que no entiende el trasfondo político/social/cultural de esta obra, la critico. Pero como no me gusta criticar sólo por criticar, sino también proponer, propongo como artista prometedor al vagabundo que habla solo y pide limosna en el crucero de por mi casa; ese señor todo chamagoso que duerme en una construcción abandonada donde cuelga sus trapos en clavos, igualito que el autor de esta obra. Además, el señor este también amontona de forma extraña la leña que corta en los lotes baldíos aledaños para no pasar frío en las noches. En serio que deberían de llevarlo a exponer en la galería más chic de Miami o, incluso, al Louvre, porque neta que está a la altura de este artista.
"Ay, Guffo, qué
ardido eres. Si es tan fácil hacer eso, ¿por qué tú no lo haces?"
Simple: no lo hago
porque no quiero ser un farsante (y porque no soy un vagabundo que habla solo,
pide limosna en un crucero y vive en una construcción abandonada).
Prosigamos.
Confieso que cuando llegué a esta parte del museo pensé que le estaban haciendo alguna reparación o remodelación al recinto. Supuse que lo que tenía enfrente era un pedazo de techo de plafones que colocarían en la galería debido a las goteras o qué sé yo; pero, al voltear hacia arriba y no ver trabajadores ni nada, me di cuenta que esa cosa colgante era la obra de arte. Sí. Esto:
¿Cómo lo ven? ¿O acaso estoy loco y en donde no veo más que una estructura plana, ustedes ven una obra de arte digna de una bienal de FEMSA? Díganme la neta, si en verdad estoy loco, lo aceptaré.
Por cierto: puse unas repisas yo solito en una pared de mi casa, ¿no le interesará a alguna galería de arte o museo exponerlas?
Esto que sigue es un recorte o algo que se supone debería de impresionarnos... Ooooooooh...
Y por último, esto... La gran mamada. La mamadototototota:
¿Que qué es? Bueno, queridos lectores, esto que ven aquí es un digno representante del arte moderno. Quienes saben de arte creen que esta ¿cosa? merece un espacio en los museos, y, pues, ¿quién es uno para andarlos contradiciendo? Si se fijan, hasta rayitas negras tiene delimitándolo para que no se pase la gente, uuuy... ¡Y no se les ocurra usar flash en su cámara porque se gasta con el destello la chingadera esta!
Esto se supone que es un rollo hecho con los periódicos recopilados en todo un año. Órale... Y de seguro tampoco lo entiendo porque es arte moderno y yo ya no soy moderno.
Lo más curioso es que si cualquier mortal decidiera hacer algo así en su casa, no sería otra cosa más que un pobre loquito con algún trastorno obsesivo compulsivo, o uno de esos enfermos que acumulan cosas y son exhibidos en el Discovery Channel para nuestro morbo.
Aaaay, el arte, snif.