miércoles, enero 31, 2007

Mi amigo Betito Huevas

Mi amigo Betito Huevas andaba consiguiendo trabajo.

Le decimos Betito porque así le dice su mamá: "Betitoooo, ahí te dejé cena en el refri, Betitooo", o: "Betitooo, ahí te dejé sobre la cómoda el dinero que me pediste, mijitooo". Lo de Huevas, pues es por huevón.

A sus 30 añotes ya tiene más de un año sin trabajar, y no porque no consiga chamba, simplemente porque es huevón.
Hace una semana fue a una entrevista de trabajo a Cemex porque su mamá se puso mala y el dinero que le daba para cheves lo tuvo que utilizar en comprarle sus medicinas. Tuvo tanto éxito en la entrevista que le mandaron llamar de nuevo ayer.

Dice que llegó a la oficina del mero mero y se sentó en un cómodo sillón de piel. El hombre elegante que lo iba a contratar le empezó a decir que le había parecido muy interesante su experiencia y sus desempeños laborales anteriores, a pesar de ser pocos. El hombre puso el currículo de Betito Huevas sobre el escritorio de caoba y le dijo:

- Lic. Alberto: tenemos una plaza disponible en el área de mercadotecnia, no sé si le interese. El sueldo es de 70 mil pesos mensuales y empezaría a trabajar mañana mismo.

- Setenta mil pesos... -dijo muy sorprendido Beto- Ufff, por esa lana... ¡Nooo!, ha de ser mucha chinga. ¿No tendrá un trabajo de unos 15 mil pesos?

Y ya va para dos años sin jalar.

lunes, enero 29, 2007

Casita

Cada vez contemplo más lejano el día en que pueda comprarme una casa. De hecho, ya he empezado a aprender a vivir con esa resignación. Es como cuando uno se compra un coche: no nos compramos el carro que queremos, sino el que nos alcanza. O, igual y sí nos compramos el carro que queremos, pero ahí andamos con las mensualidades, intereses y deudas bien pescadas de los huevos. Igual pasa con las casas: uno no vive donde le gustaría vivir, sino donde le alcanza para vivir. A quién no le gustaría tener la casa de Tony Montana, un depa de lujo en la Estrella de la Muerte o vivir a orillas de un lago rodeado de pinos donde no haya vecinos macuarros ni llegue la pinche comadre pitando a casa de su comadrita para que los salvajitos de los hijos salgan corriendo y se suban a la camioneta Voyaguer para que los lleven a las clases de fútbol. O vivir en un castillo o, ya de jodido, en una casa igual a la de nuestros jefes.

Lo veo lejano porque: o tengo casa, o viajo, o tengo carro, o me dedico a lo que me gusta, o ando de bon vivant, o hago mis libros, o hago cine, etc. Desgraciadamente no puedo hacer todo a la vez, a lo mucho, puedo tirarme un pedo, eructar y cocinar al mismo tiempo, pero no más.
Tengo amigos que sacrificaron su vocación de músicos y poetas por formar una familia y ahora se arrepienten. Les va bien económicamente en las empresas en las que trabajan, pero no hacen lo que les gustaría estar haciendo. Otros sacrificaron su matrimonio por andar de pinches APPOS y escritores y marxistas de café y ahora también se arrepienten. El pedo es no arrepentirse.

Como yo no uso tarjetas de crédito ni tengo cuentas en bancos ni estoy en la nómina de las empresas en las que trabajo, pues eso es una gran desventaja a la hora de sacar un crédito; pero también tiene sus ventajas, no voy a decir que no.
Hasta para rentar un cuchitril es un pedo, por eso, en mi caso, tengo que buscar lugares donde no necesite aval, ni me pidan firmar papeles ni comprobar nada. Como donde vivo ahorita, que a puro trato directo y de palabra son las negociaciones y no hemos tenido ningún pedo porque yo sostengo mi palabra y pago cuando hay que pagar lo que haya qué pagar... a veces me retraso unos días, pero sabe la ñora que no hay falla.

Y hablando de créditos... desde ahí, ya empezamos mal. Esa palabrita es más cagante que el "¿cóoomo estáaan? qué guustaaazooo" de Fernanda Familiar. ¿Quién quiere estar pagando una casa del tamaño de un hongo de los Pitufos por 15, 20 o 30 años? Nadie. Pero a veces no hay de otra, eso es lo triste. A veces sale mejor rentar un depa por 3500 pesos mensuales que pagar 7000 pesos al mes de una casa que va a ser nuestra... en 30 años.

De mis amigos que no heredaron o no les regalaron su casa, casi todos la sacaron con sus puntos de Infonavit y esas cosas (yo ni eso tengo, snif), y la mayoría vive en fraccionamientos allá por la quinta chingada del diablo, en municipios alejados de toda civilización, que huelen a refinería o a matadero de marranos. Viven en casas que cuesta hacerlas 150 mil pesos cada una y que se las meten sin cremita en 600 mil pesos más intereses. Casas con un metro de jardín y un cajón de estacionamiento sin techar para un coche compacto. Fraccionamientos con nombres muy popof, apantallapendejos, apantallaclasemedieros que quieren escalar posiciones sociales, con nombres de árboles como: "Los Encinos", "Privadas de los Abedules", "Hacienda los Naranjos" y que no tienen ni un puto arbolito, que de privados no tienen nada ni de haciendas tampoco y ninguno ofrece nada de todo eso que dicen que son en el nombre.

Bah, en fin. Es lunes.

viernes, enero 26, 2007

Esos clichés del "artista"

La poca gente que me llega a conocer, muchas veces me dice: “Ay, yo pensé que ibas a estar todo el rato dibujando en servilletas o escribiendo frases que se te ocurren en un cuaderno”.

Ese cliché de que “el artista” (pfff) carga siempre un cuaderno para apuntar sus percepciones de los lugares a los que va y hace bocetos de la gente que frecuenta esos lugares, es solo eso: un cliché.
No digo que no haya raza que sí haga eso, algunos hasta cargan una mochila llena de tiliches que ni cuando estudiaban llevaban a la escuela los pinches huevones, pero eso lo hacen nomás porque se quieren sentir “artistas”, “intelectuales”, “diferentes” o llamar la atención. Es ilógico ir a una cantina y ponerse a dibujar o a escribir. ¿De qué puede uno escribir en una cantina? A una cantina se va a chupar, a empedarse, no a andar buscando inspiración. ¿Qué le pueden inspirar a uno los pinches borrachos que ahí se encuentran? ¿de qué pueden estar platicando fuera del fútbol o las pinches viejas? De nada.

Eso de dibujar o escribir lo hago en mi casa y en el trabajo, si salgo de mi casa es porque lo que menos quiero estar haciendo es dibujando o escribiendo. No me gusta andar en lugarcitos “observando” gente para mi nueva columna o post o caricatura. Esos que se suben a un camión, al metro o van a un antro de mala muerte para inspirarse y contemplan a la gente y tienen contacto con "el México bronco" y luego escriben poesía sobre sus andanzas o hacen pinturas, me dan mucha hueva. No sé cómo pueden disfrutar lo parchado, inspirarse en lo torcido, en lo mal hecho, en lo chilero, en lo miserable.
Subirme a un camión, al metro, mezclarme entre la multitud, caminar por un barrio marginal, ir a un rito en una iglesia en el día de algún santo o meterme en una cantina que huele a miados lo único que me motiva a escribir son relatos amargados, de frustración y de furia, como los que escribo sobre esta pinche ciudad apestosa y su gente. Algunos que los leen esos relatos me dicen que ando muy inspirado, pero nel, es pura pinche frustración la que saco.

¿Por qué ir a una cantina que huele a miados si puedo ir a un Chili´s? ¿Por qué salir a ver gente y a estudiarla si me puedo quedar encerradito en mi casa bien a toda madre? Ah, es que ir a un Chili´s es de fresillas, entonces eso me quita la niebla misterios que envuelve al artista, porque el artista tiene que ir a las centrales camioneras, fumar cigarros sin filtro, beber caguama, platicar con los taxistas (otro clichesote), visitar cantinuchas apestosas del centro de la ciudad donde vendan todavía el mítico pulque, donde haya músicos muertos de hambre y vendedores de cachitos de lotería; ah, y sobre todo, tengo que ser víctima de mí mismo y las circunstancias que me rodean para agarrar inspiración y ser "artista" en toda la extensión que pueda tener esa palabra.

A mí me inspiran los lugares donde no hay gente, donde me pongo pedo solo, donde hay árboles, ríos, aves, tierra, insectos, estrellas, nubes, cielo abierto... Comparen lo que escribo y notarán la diferencia. Por eso, si me conocen, no esperen que saque mi libretita y mi lápiz y me ponga a dibujar o a escribir porque no lo haré.

Aquí les dejo una foto de cuando yo era bien famoso y me llamaba distinto y las mujeres se abalanzaban sobre mí:

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jueves, enero 25, 2007

Chistes Alowey, cuenta regresiva...

Ya la próxima semana voy a empezar a mandar los mails con el número de cuenta de la editorial. Se ha tardado un poco porque andamos viendo también otras formas de pago con tarjeta (un paypal, ebay, amazon... esas cosas). Aparte, aumentó el número de páginas de 60 a 68 y queremos meter los pin ups que me hicieron el maestro Kabeza y el genial Caballo Negro. Ustedes no desesperen. El libro ya quedó, pero para hacer algo bien, pues se lleva su tiempecillo. El costo del libro va a ser de 50 pesos más 20 del envío y por ese precio les podemos mandar hasta 5 libros. O sea: ustedes pagan 250 bolas de 5 libros mas 20 pesos, no 20 pesos por cada uno. ¿Me "esplico"? Por lo pronto, los dejo con un Chiste Alowey:

miércoles, enero 24, 2007

Guffo, a escena...

Hacía mucho que no me despertaba a las 7 de la madrugada. Qué oscuro está a esa hora, ¿a poco la gente se va a trabajar así de oscuro?...no mamennn. Es más común que a esa hora yo me duerma creyendo que todavía es de noche; ya ven cómo somos los “artistas” de curiosos, snif.
Me levanté a esa hora porque iba a ir a hacer el comercial del banco transa ese que les platiqué. Una noche antes me habló mi camarada y me dijo que me fuera disfrazado con pants, quesque porque la iba a hacer de un atleta, juajua. Luego me volvió a llamar para decirme que nel, que me fuera de Guffo, normal, con mis trapos de siempre.

Me levanté en la mañana con una hueva que parecían dos. El día estaba más feo que Cepillín sin maquillaje: los semáforos no funcionaban, choques por todos lados, carros madreados en las arterias viales y un frío de la jodida. Si Dios dijera: “¿Cómo chingaos haré el Apocalipsis?”, de seguro lo haría como ese día y se cagaría de la risa por nuestra desgracia. Me citaron en el Hotel Ancira, pero a causa del tráfico, no llegué a tiempo y los productores hicieron su berrinche y se fueron. Me habla mi compa y me dice: “Vente a la estación Cuauhtémoc del metro de volada”. Chale, con lo que me encanta meterme al centro de la ciudad donde no hay dónde estacionarse, huele a cola, está lleno de chóferes pendejos, borrachos desmañanados y taxistas atrabancados. Yupi yupi. Total, llegué a la mentada estación del metro y ahí estaba todo el crew con sus cámaras y cables y chalecos de director de cine y… aaaa laaaa madre, pensé, esto va en serio; quítate a la verga González Iñarritu que ya llegó tu competencia.

Pero bueno, para no hacerles el cuento largo y no se estén imaginando el día en que sea famoso y presuman que me conocen o la frase con la que se acercarían a pedirme un autógrafo, resulta que me tuvieron ahí un par de horas parado y cagándome de frío, y al señor director “se le ocurrió otra idea” cuando vio los vagones del metro llegar y ver a la gente trabajadora bajando de ellos, entonces, pues me mando muy amablemente a la riata. Tal vez si fuera menos guapo y más común y corriente, habría salido en el comercial, snif. Me dieron 250 pesotes y me fui con la Fabi a unos tacos bien caros (ya ven que ahora todos los tacos están bien carotes por el precio de la tortilla), rentamos 4 películas, compré un libro de monitos y ya.
Valió la pena la despertada temprano, comoquiera, yo ni quería ser famoso. Lo siento mucho por mi agüelita que, apuesto, ya le había dicho a medio mundo que su nieto iba a ser actor de cine. Snif.

Dense la vuelta por el blog de mi plagiador, igual y a él sí le dieron el papel principal en el comercial.

lunes, enero 22, 2007

Plagiador Hijo de Puta

Este hijito de su reverenda y puta madre se ha estado robando mis escritos, mis fotos, mis pensamientos y mi vida sin que yo me dé cuenta. Ya antes me había pasado y me había valido madre, pero ahora ni madres. Se los va a cargar la choncha y venosa que traigo escondida en el calzón.
Me reencabrona estar viendo su pinche blog pedorro y encontrarme con todo lo que he publicado, los viajes que he hecho, las fotos que he tomado, lo que he pensado y hasta los chistes malos que he dicho y este imbecilazo deshuevado se lo adueñe o lo cuente como si a él le hubiera pasado o se le hubiera ocurrido. No hay cosa que más me encabrone y me encienda un cuete en la cola que este tipo de robos descarados, este tipo de deshonestidad de un pendejete que no tiene ni vida ni cerebro para, de perdido, cambiar un renglón, una palabra, una oración que haga distinto el texto y yo batalle en darme cuenta que es mío.
Obviamente este mongolito me tiene en un altar como su Dios y se masturba de vez en cuando pensando en mí o en el día en que pueda darme personalmente las mamadas que me da inconcientemente en su blog; lo cual, tomaría como un halago, pero nel: chingas a tu madre, puto ratero. ¡Arrrggghhhh!!! Hijo de puta... como me encabrona pelarmela para escribir lo que escribo y que llegue un meco con cerebro de anchoa o trilobito, le de copy/paste y haga creer a sus cuatachos que él lo redacto y sus cuatachos se lo crean y se lo festejen.
Llegar a ese grado de hacerse pasar por otra persona me pone a pensar en la pinche locura y soledad del tipo que la hace de camaleón y toma la identidad de otro. Lo más frustrante, y que me sulfura aún más y me saca baba de perro rabioso por el hocico, es que ahorita estoy en el periódico trabajando y la compu no me deja poner amenazas de muerte, palabras agresivas ni mentadas de madre en el cuchitril de este ojete plagiador.
Hijo de puta, deja que salga de aquí y voy a destrozar tu paginucha de mierda con un un virus que ni sabes por dónde te va a llegar, cabrón.
Ahí si pueden, pues méntenle la madre por mí en lo que salgo del trabajo. Se los agradecería infinitamente.

P.D. Gracias al anónimo que me dio el pitazo de la rata asquerosa esta. Infinitamente agradecido. En serio.
Es que eso no se hace por más tarado que esté uno...

viernes, enero 19, 2007

Realmente no sé qué título ponerle a este post... no es por mamón, neta que no...

Cómo son las cosas…

Desde hace algunos años que he estado participando en cuanto concurso de escritura y dibujo me entero, pero en ninguno he ganado ni madres. Ni siquiera mención honorífica o un diploma pedorro ni nada. Realmente no me interesa ni el diploma ni la mención honorífica: yo participo para ganarme el dinero del premio, si no, ¿para qué? No sé, yo no soy de esos que piensa que hay que participar por participar y quedar satisfecho por el hecho de participar y que, aaay, todos somos ganadores porque nos atrevimos a participar. Pfff. Dudo si los fracasos sean por esa mentalidad que va tras el premio monetario, porque en el fondo me creo muchas esperanzas, porque no soy realmente tan bueno como monero ni como escritor o porque es un hecho que los concursos ya están arreglados desde antes. Bien me dijo un amigo hace poco: “No mandes trabajos a ese concurso, yo he estado ahí como juez y ya están arreglados”. A lo que voy es que, en todos los concursos a los que he entrado, le he echado todas las ganas, le he puesto todo el corazón, todo mi empeño y he tenido esa actitud positiva y segura de los triunfadores; pero no ha servido de nada ni valido la pena, bujujuju, snif.

Por otro lado, estaba un día yo rascándome los tanates después de una ducha caliente y mirando el noticiero. Suena el teléfono y era un amigo. Me dijo que necesitaba gente para un comercial de Banamex pero que no había alcanzado a hacer todos los videos del casting y que no había conseguido actores o no sé qué cosas. Total, dejé de rascarme los tanates y me fui a echarle la mano a mi compa por ser un muy buen amigo desde hace muchos años. Me hizo unas preguntas frente a una cámara, las respondí, me apendejé, me trabé, a veces me quedé callado por el nervio, a veces no volteaba a la cámara, usaba muletillas, me rascaba la barbilla, etc.
Hoy me volvió a hablar mi compa...

¡Y que me seleccionan para el pinche comercial!

Puta, no mames, qué pinches contradicciones. Cuando uno quiere algo, no lo consigue, cuando a uno le vale vergas, lo consigue. Apuesto a que había actores y actrices que se morían por participar en el comercial, que dieron todo su esfuerzo y todo su empeño y todo su corazón para lograr que los escogieran y terminaron escogiendo al wey apático que le valía madres si salía o no en el anuncio, al wey que fue nomás por hacerle un favor a un camarada y ni ganas le echó a propósito para que no lo fueran a escoger. Y resulta que los productores eso buscaban: gente normal, que no sean actores. Chale…
El martes tengo un llamado formal a filmación y a ver qué pasa. Snif. Y yo tanto que odio a los bancos…

Moraleja: A veces desear tanto algo, luchar mucho para conseguirlo y tener una actitud positiva no vale la pena, jojojojojo.

jueves, enero 18, 2007

Chim pum pam tortillas papas

Me importa medio cachete de gallina si la tortilla subió o si ya le fijaron un precio “justo” porque yo no la consumo.

Pensar que mucha gente come sólo eso todos los días, pues sí está medio de la chingada y es motivo para mentarle la madre por pi al cuadrado a quienes velan por el bienestar de los que menos tienen. Pero, ¿por qué no dejar de consumir ese alimento primitivo y tan, ay, ay, folklórico? ¿Por qué no dejar a un lado ese patriotismo pedorro de que es el alimento por excelencia del mexicano, de nuestros antepasados mayitas e inditos, el único que le alcanza y el único que lo nutre al mexicano, y mejor la dejan de comprar? ¿Con qué suplirla?, preguntarán ustedes ante mi atrevimiento antinacionalista. Muy fácil: tres papas cuestan menos –o igual- que un kilo de tortilla y nutren más.

Hace tiempo que implemente el vegetarianismo -o más bien, la menor ingesta de carne- en las carnes asadas que hago con mis compas (con el perdón de quienes nomás comen tortillas). Se trata de comprar menos carne y llevar más verduras con el objetivo de nutrirnos mejor, ahorrarnos unos pesos y gastarlos mejor en más cervezas. Total, las verduras que llevamos las preparamos con mantequilla, limón, pimienta, a la parrilla, con papel aluminio o así sobre las brasas, como se nos ocurra. Me he dado cuenta que con una papa, una calabaza y una penca de nopal con limoncito y sal, quedo más que bien servido; más que satisfecho. Pregúntenme cuánto me cuesta eso que me como: No más de 15 pesos. Y pregúntenme cómo cago: Delicioso, y suelto todo el animalero que me genera en la panza las pinches tortillas mugrosas que venden aquí en México.

En serio, pueblo de México: mandemos a la chingada la tortilla, no se claven con que es una herencia de nuestros antepasados, que está cara, que el mexicano no puede vivir sin ella, etc, etc. No sirve pa´pura chingada; como la leche, que nomás los becerros se la toman y que le acaban de bajar 50 centavos, uuuyyy, qué gran ayuda. La naturaleza es sabia, por eso las hembras dejan de producirla después de cierto tiempo, porque ya no la necesitamos. Es puro mugrero también como la tortilla. Mejor, cómprense unas papas o unas calabacitas, enciendan una lumbre, pónganlas sobre una tapa de lámina y cocínenlas. Cualquier teporocho puede hacer eso con un poco de visión naturista y económica.

Chingado, ¿por qué no seré Presidente?

Váyanse a Big Blogger que ahí también hay post nuevo.

martes, enero 16, 2007

Pasos bajo la llovizna enero

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Las nubes exprimen sobre la verde cabellera del campo las primeras gotas de lluvia de la mañana. Son como diminutas esferas navideñas transparentes que adornan, reflejan y multiplican cada tallo, cada rama y cada hebra de pasto. La tierra se ha perfumado y se ablanda y se pone más oscura que en los días de verano. El viento refresca y mece las hojas de tonos sangrantes de los últimos días de enero. El encino y los naranjos son los únicos árboles que aún conservan su fronda, los demás ya dejan ver sus esqueletos al caérseles toda la hojarasca que forma un grueso edredón a faldas de su corteza y cubre las raíces salidas de la tierra. La fragancia se esparce y desparrama por los rincones cercanos y lejanos del rededor. Todo está a media luz porque el sol se cubre con un enorme paraguas de manta gris -pero sin estampados de aves- que destella y ruge de vez en cuando.
Me viene a la cabeza la palabra “chaparrón” y me da risa. Desde niño me ha causado gracia esa palabra. Mi abuelo siempre la decía cuando veía que iba a llover. La gente vieja tiene esa capacidad de predecir el clima con sólo ver cómo caminan las hormigas a su hormiguero, por la ausencia de nubes o por algún dolor en la rodilla. “Va a caer un chaparrón, mijo”, decía el viejo mirando hacia arriba -con su mano como visera-, y yo reía sin parar porque me acordaba de Chaparrón Bonaparte, el personaje de Chespirito. Hasta después de los 15 años supe lo qué significaba, pero nunca he empleado esa palabra para referirme a una lluvia. “Lluvia” me parece más bonita, más propia y elegante que cualquier otra palabra que pudiera describir esa magia de convertir el vapor en agua.
Pienso que para lo único que serviría aquí un edificio sería para subir por el elevador hasta su azotea y estar más cerca del cielo purificado, para así rozar con la nariz estos cielos que en mi ciudad nunca más he visto... ni veré jamás.
La ciudad ha de ser un caos con esta llovizna: embotellamientos, inundaciones, gente que llega mojada a su trabajo por no tener coche, coches que mojan a gente en la parada del camión, gente tosiendo, estornudando y fallas eléctricas. Aquí el cielo es gris porque así se le pega la gana ser, no porque así lo hayamos pintado nosotros. Aquí, lejos del asfalto y las sombras de los edificios, el aguacero hace más perfecto el ciclo de la vida, más comprensible, más respetable y más asombroso también. La única electricidad existente es la de los truenos y los únicos embotellamientos son los que quisiera yo hacer para llevarme pedazos de nube y litros del agua que chorrean las ramas.
Ahorita no necesito nada más que caminar entre la maleza con los pies descalzos, pisar suave sobre la hierba fría y resbalosa, que mis uñas se llenen de lodo y mi silueta desaparezca poco a poco mientras más me interno en el campo.

viernes, enero 12, 2007

Ciberaventurita

Cada que entro al messenger siento pena de mí mismo. Y eso que entro raras veces porque no termino por hallarle el gusto o saborcito a esa forma de comunicación. Además, los contactos que tengo son pocos, de todos tengo sus teléfonos o sus mails (que a veces siento más personal esta forma de comunicación) o, a veces, sencillamente no tengo ni madres qué decirles. El MSN lo uso sólo para mandar jale al periódico y saludar de vez en cuando a alguien.

Eso de buscar un nick inteligente o ingenioso que sorprenda a mis cibercuates me da harta hueva. Eso de poner comentarios personales que nadie más entiende, no le veo el caso. ¿Qué me importa si uno de sus amiguis cumple años?, ¿qué me importa si venden algo? ¿qué me importa si llevan 4 meses?. No me importa y parece que quisieran que les preguntaran: "Dime, dime por favor qué significaaa que no voy a poder dormiiir" Pfff.
Ah, y quebrarse la cabeza con un nick gracioso también se me hace una pérdida de tiempo.
De lo peor es ver a racita veinteañera y treintona buscando frasecitas de canciones en inglés que describan su estado de ánimo de ese día. "Aaaayyyyyy, que romaaaanticooosss, pusieron una frase de Coldplay porque andan chipiiiissss porque los dejaroooon", diría yo; pero nel, ¡wakalaaa!, eso de poner cancioncitas me produce una diarrea peor que una intoxicada con un coptel de ostión en el mercado de Acapulco.
Y los tíos o tías o primos o familiares con frases de Dios y motivacionales, ¡fúchila!!! Además, ¿quién da de alta a sus tíos? No mamen.
Peores aún son los que ponen como comentario (ese que sale al final en itálicas) frases en alemán o francés o algún idioma mamón de esos.

Me caga porque cuando me conecto, nadie me saluda, ni siquiera para pedirme dinero. Entonces, ¿pa´qué putas me dieron de alta en el MSN?
Más me caga cuando le hago plática a alguien -por pura educación o para matar el tiempo en lo que se mandan los archivos al trabajo- y se tardan horas en contestarme como que diciendo: “Guffo, no estés chingando, estoy platicando con alguien que me interesa más que tú”. Será que yo no puedo tener más de dos ventanas abiertas y platicar al mismo tiempo con dos personas que no tienen nada que ver una con la otra. Más me caga cuando dicen que están “ausentes” o que “vuelven enseguida” y ahí están pero simplemente están platicando con alguien -una vieja fea que pone fotos borrosas, por lo general- y no quieren que los molesten. Pero más me caga cuando de plano no están y están conectados y ponen: “Deja mensaje, no estoy” o “estoy fuera de la ciudad”. ¿Por qué, por qué, por qué? No tienen celular, o Nextel o teléfono o qué chingados. ¿Por qué quedarse conectados si no están?

La cumbre de mi encabronamiento fue hace poco, cuando tuve un pedo y se borraron los pocos contactos que tengo por no sé qué razón. Un amigo me echó la mano y volvió a hacer la lista con las direcciones registradas en mi Hotmail. Obviamente, había mucha gente que yo ni qué pedo, que me había escrito hace un chingo. Me conecté y estaba mandando un jale al periódico, ni me di cuenta de las nuevas direcciones que tenía. Una damita fue la que tronó la vena de mi amplia frente y provocó que casi golpeara el monitor con mi cabeza de carnero cimarrón.

La morra empezó la conversación diciendo:

- Kien eres???

Ya desde que puso “kien” con “k”, me reventó el hígado. Ni siquiera un “Hola”, “Oye, disculpa”, un “jaja”, nada, así de huevos: “kien eres???”.

- Soy Guffo, Gustavo Caballero, es que fijate que la lista de mis contactos por error bla, bla, bla… - le expliqué lo que había pasado.

Y la morra me responde:

-Eh??? De ke hablas??? –y me pone una carita –un icono, o esas mamadas amarillas con ojos- de loco.

Hija de tu ching.... O sea que estoy pendejo para explicar las cosas ¿o qué chingados? ¿No entiendes lo que te digo, no soy claro o qué riatas? No le contesté, pero vi que su nick era algo así como que unos corazones y el nombre de su pobre novio y un “4ever” y mamadas de esas infantiloides. En la foto salía ella con el bato. Pensé: “Si estás taaan enamorada, ¿pa´qué chingados me das de alta en el MSN, para qué vergas das de alta a weyes que ni conoces ni sabes de dónde viene el contacto?, ¿quieres conocer weyes teniendo novio, que te tiren el pedo o quieres hacerte la deseada e imposible de alcanzar porque estás comprometida o qué pedo?” Como si yo anduviera escribiendo direcciones a lo pendejo para ver si una de esas da con ella. Pffffff. Si doy de alta a alguien, siempre es para agradecerle algo o decirle que escribe chingón o que le admiro algo, pero tiene que haber una razón para que quiera yo que la plática sea más personalizada. No tengo ni a mis amigos de contactos, qué chingados voy a andar poniendo raza que ni conozco. Como que en ese mundo cibernético y geek, el que da de alta a alguien siempre es el débil y el que recibe la invitación las lleva de ganar, y más han de pensar así las pinches viejas.

Me limité a responderle:

- Nada… ahorita te borro.

Y que se prende la pinche araña:

- ¡¡¡Eeeeh!!!, quieto, prieto, no le pegues al sekito konmigo ni al sarcástikito; no sé de qué hablas, aunke tu nombre me suena, pero bájale bla, bla bla bla –me dijo… y la borré a la chingada antes de que terminara de escupir su veneno.

¿Qué pedo con los geeks? Lo peor es que, buscando entre mis mails, me di cuenta que la morra sí me había escrito diciéndome lo maravillosos que era, lo fantástico que dibujaba, lo mucho que la hacía reír con mis ocurrencias. Es lo malo de que las viejas feas tengan novio; se les sube de más la autoestima.

miércoles, enero 10, 2007

De jetas y tarjetas

Hola amiguito, hola amiguita:

Hoy, mientras me daba un baño de pueblo en un mercado, miraba los pollos colgados de ganchos, olía el perfume de la manteca, tomaba fotos a gente bien curiosita y trocaba mercancía por espejitos, me puse a pensar en las tarjetas de crédito.

¿Alguna vez has recibido una de esas molestas llamadas de empleados de banco sin qué hacer, gentuza grosera y atrabancada que no te dejan ni hablar y se empeñan en darte una mágica tarjeta de crédito con beneficios maravillosos? ¿Alguna vez les has dicho amablemente que no, que muchas gracias, que no te interesa, que no las utilizas y el monigote o monigota en cuestión no se calla el hocico y sigue hablando y hablando y habla de las virtudes con las que contaras si tienes esa tarjeta de crédito y te hace preguntas de que dónde trabajas, dónde vives, cuánto ganas, si en tu casa no hay alguien interesado en tener tarjeta de crédito y bla bla bla?

Sí, lo sé, todos hemos pasado por esta molesta e incómoda situación comparable sólo a fajarte bien pedo a una prima y topártela sobrio en la cena de navidad.
En estos casos no queda más remedio que colgarles a la verrrg el teléfono o poner otra vez bien peda a tu prima para volvértela a fajar, pero bueno, estamos hablando de la gente que habla para ofrecer tarjetas de crédito, no de armonía familiar. Algunos de estos batitos y batitas ni colgándoles violentamente el fon entienden y llaman de nuevo para hostigar y, con un sarcasmo de los mil demonios, todavía te dicen: “Ay, creo que se le cortó la llamada, señor; le decía: esta tarjeta bla bla bla…”.
Ofenderlos, tampoco funciona, porque luego a uno le graban la voz y le graban su número y luego el gobierno conspira contra uno y todo nos sale mal luego.

Decirles a estos babosos que eres menor de edad para que dejen de estar mamando la borrega, tampoco funciona porque te dicen que les pases a tus papás para ver si ellos quieren la tarjeta o que ya hay una tarjeta para chavitos modernos como tú. Si les dices que tus papás no están, te preguntan que a qué hora llegan o que dónde los pueden localizar. Tendrías que decirles que tus papás murieron y vives sólo, pero pues te preguntarían que cómo le haces para mantenerte sin una tarjeta de crédito. Total, no te puedes librar de su atosigamiento; son como garrapatas en los oídos: muy molestas y difíciles de quitar, lo digo como hijo de veterinario que soy, snif.

He aquí algunas fáciles soluciones para que los gutierritoz del banco que hacen eso, pues dejen de estar chingando y mejor se pongan a atender las largas y lentas filas que tienen todos los días y los pésimos servicios que brindan.
Ya he comprobado éstas técnica y funcionan muy bien.

Cuando alguien te hable para ofrecerte una tarjeta de crédito, diles:

- Ah, ahorita que no tengo trabajo me caería con madre una tarjeta de crédito de su banco, para así pagar todas las demás deudas de tarjetas de crédito que tengo… Sí, sí me interesa, señorita, ¿qué tengo qué hacer?...

- Ah, sí, como no, sí me interesa porque debo todo y no tengo con qué pagar y ya me andan metiendo al bote. Démela por 100 mil pesos de crédito, por favor…

En ese mismo instante la vieja engorrosa colgará el teléfono y no volverá a marcarte nunca.

Si no tienes los huevos para colgarles, no te podrás zafar de su discurso y, sin darte cuenta, en segundos estarás envuelto en su plática como ratoncito en anaconda. No podrás salir y te devorarán y te convencerán de que saques tu tarjeta de crédito. Para estas ocasiones, diles que sí te interesa, pero que si puedes poner datos falsos porque eres narcotraficante y no quieres que la policía se entere de tu identidad.

Puedes también ahuyentarlos haciéndoles preguntas como:

- ¿Y es fácil clonar esas tarjetas? Es que fíjese que las del otro banco son bien difíciles, ya le intenté una vez y…

- Oiga, y si hago un fraude, ¿qué tan rápido se darían cuenta ahí en su banco?

- Oiga, ¿y qué tan fácil es hacérmelos pendejos no pagándoles, destruyendo su tarjeta y sacando otra en otro banco? ¿A poco sí me cachan si hago eso?

O simplemente cuelguen el teléfono a la chingada y déjenlos hablando solos, como le hago yo, que soy un caballero.

sábado, enero 06, 2007

Mandemos a la chin#$%& el turismo

Siempre he pensado que promover los destinos turísticos del país es un grave error. Lo mejor, es ahuyentar al turista; que no venga. Entre menos gente venga a nuestras tierras, mucho mejor se conservan las riquezas naturales y más empleos se pierden, obligando así a las autoridades a echar mano –pero ahora sí en serio- a este problema y a cuidar sus áreas ecológicas que, malamente, aquí se dicen “de recreo” o “esparcimiento” y lo único que se esparce son macuarros ignorantes, empaques aluminizados y envases de pet, la comida favorita y dieta básica de la raza cataflana y proletarios cerebrales.



Para que entiendan a lo que me refiero. A la derecha de la imagen se puede apreciar el arte exterminador de los cacos enamorados que vandalizan las bellezas naturales con el pretexto de su amor y la oscuridad de su ignorancia. Lo más preocupante es que estos cacos se van a reproducir y van a tener hijos más tarados que ellos que van a ir a dejar sus bolsas de basura ahí para que algún pendejo como yo las recoja, porque sí, nunca falta un pendejo como yo que se angustia por estas cosas. Yo por eso siempre he estado a favor de la pena de muerte o, ya de perdido, la castración química para toda esta bola de "artistas" y enamorados que graban su amor y pendejez en roca o corteza. Vayan a rayar su amor en el culo de su pinche madre. Óoorale, pero ya.

Volviendo al tema: Si ahuyentamos el turismo, se genera menos basura, menos litros de agua con cagada de los hoteles van a dar al mar, menos actos de estos, se consumen menos botes de agua, refresco y paquetes de frituras que flotan entre la brisa de las olas o la corriente de los ríos. Lo mejor es ahuyentar al turismo nacional –el peor de todos, porque ni dinero trae- y extranjero –el no tan peor- y decirles que no vengan a esta letrina de país, para ver si así el puto gobierno, al ver que se pierden miles de empleos y se van volando jugosas ganancias, se pone a limpiar los pinches escusados que tenemos como playas, a reforestar los bosques, a crear programas para tratar las toneladas de basura generadas a diario, a tener iniciativa, inventiva y –sobre todo- ganas para conservar esos lugares. Suena imposible, lo sé, porque la mayoría de nuestras autoridades son cataflanes de medio pelo que se impresionan más con una camioneta, un yate, un muelle con barcotes y hotelotes 5 estrellas, que con un arrecife de coral, un manglar o una caminata entre árboles centenarios. Pero a alguno le tiene que caer el veinte algún día.

Recuerdo hace poco más de 10 años, de las primeras veces que viajamos a la huasteca potosina, huyendo de la pestilencia de mi ciudad. Xilitla, Pago Pago, Micos, Tamul, Tamuin, Aquismón, Tamasopo, etc, etc. Todo era virgen, los caminos sin pavimentar eran de tierra rojiza, el acceso era casi imposible, no había tendajos con coca colas ni baños, no había gente que conociera o le interesara conocer los maravillosos lugares a los que íbamos, sólo los lugareño, quienes te abrían las puertas de sus casas amablemente. Gente humilde, honesta y servicial Recuerdo que había una hidroeléctrica abandonada en medio de la selva y devorada por las enredaderas, helechos y lianas; que seguías por ese camino y llegabas a una enorme cueva con agua. Algo hermoso. Obviamente íbamos pura raza que le gusta cuidar esas ondas de la naturaleza, no iba ningún ecoterrorista que tira las fichas de la cerveza al agua o las colillas del cigarro. Puro bato ordenado y conciente. Pero en eso, al puto gobierno de San Luis Potosí se le ocurrió la gran idea de promocionar sus cascadas, su vegetación, acantilados, montañas, sus rápidos color turquesa, sus cuevas escondidas entre la jungla y de más maravillas increíbles, y fue ahí donde mandaron todo a la verga. A la verga. Se llenó de gente, podaron, cortaron, talaron, pavimentaron, tumbaron… de la verga. Quesque le dan empleo a la gente de los ejidos y bla bla bla. Pues sí, esa gente te puede vender refrescos, cervezas y fritos en sus tienditas y ganarse un dinerito, pero: ¿y la basura quién la recoge en un lugar donde no entra el pinche camión de la basura? Antes uno iba y le hacían de comer y le daban agua fresca y uno pagaba hasta de más ese trato tan calido de los pocos habitantes de por ahí. Y eso de la basura es sólo uno de tantos problemas, la verdad me da hueva mencionar los otros porque siento que es como aventar guayabas a un saco roto.

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En fin. Que este año no le partan la madre más a nuestros recursos naturales con gases, humos, toxinas, detergentes, pesca indiscriminada, tala igual, etc, etc, porque si no, nos vamos a freír de calor y a morir de sed a la verga en este planeta. No es broma.

jueves, enero 04, 2007

La historia...

"No creo en la historia porque nada de lo que dice me consta"

Si quieren saber más de esta genial frase que se me ocurrió después de beberme como 5 litros de agua de la regadera con brandy Napoleón, (Nacoleón, para la raza), pues váyansen a Big Blogger, ahí está la verdad absoluta que os hará libres y cachondos de por vida.

Saludos a todos y todas.