jueves, marzo 30, 2006

jueves de 3 x 1 pero aquí arriba sigue diciendo wendesday o esa madre...

Empecemos este jueves con una tira cómica balina y muy mamona pa´ponerlos de mal humor:


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Fui con el Filósofo de Cantina. Dirán ustedes: inche viejo huevón que se la pasa chupe y chupe; pero no, el ñor se da tiempo pa´todo. De hecho, escribió un poema pa´todas las viejas que creen que no merecen amor y que cada que sienten que tienen todo, se echan para atrás por miedo. "A veces hay que desendulzarles el tono a las cabronas, porque luego se empalagan", dijo el Filósofo y esto fue lo que mandó exclusivo para mi blog. Se llama: Eres todo lo que me caga

¿Ya te hartaste de tanto dulce, cabrona?, pos ora te voy a decir lo que realmente eres. Comezón en el paladar, eso es lo que eres. Esa desesperante picazón en el oído interno que quisiera borrar con la punta afilada de un lápiz. Eres el piquete del mosquito entre los dedos de los pies y esa parte de la espalda que no alcanzo a rascarme con la mano. Eres el chicle pisoteado que se aguada con el sol y se pega en la suela de mis tenis. Eres la bolsa de basura con las latas de cerveza de la peda de ayer que empuño con mi mano cuando veo al camión recolector doblando en la esquina. Eres la llamada que suena varias veces y se corta justo en el momento en que desprendo el auricular y digo “¿diga?”. Eres la pluma que se niega a escribir por más que la frotes y zarandees. La pelota de papel arrugado con algún poema que golpea el borde del cesto cuando la lanzo y cae al suelo. La bolsa de plástico que dejan los nacos en un área verde después de un picnic y el graffiti en una barda recién pintada. Eres un coche que no enciende, la sal de más en la sopa, un color al que se le rompe la punta a cada rato y la misma frustración que me invade cuando se termina un rollo de fotos en vacaciones o el rollo de papel higiénico cuando ando suelto del estómago. Es más: tú eres la causa de que se me afloje el estómago. Y sin embargo, te quiero un chingo, jija de la chingada.

Y ya para acabar esta miscelanea, les aviso que la Guffilla está recuperada completamente, que nadie la adoptó, snif, y que me la tuve que quedar y que es más desmadrosa y tragona que el demonio de tazmania. Está bien botana porque las patillas de atrás como que le fallan al momento de quererse subir a algún lado y se va de nalguillas al suelo, juar juar. Las escaleras también las baja y las sube bien curioso y se sienta bien raro, como si las patas fueran de goma. Pero como me dicen por ahí: antes di que está viva, pa´la chinga que le pusiste con el carro. He aquí una foto tratando de arrancarme una mano:

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martes, marzo 28, 2006

escuchad esta profecía

N´ombe, ora sí ya nos cargó la huesuda; en verdad que sí. Ayer que iba a sacar unas monedas de mi pantalón para pagar un elote desgranado, pensé: "Si la primer moneda que salga es una de dos pesos, el mundo se va a acabar", y booolas, que saco una moneda de dos pesos. N´ombre, me cagué todo y se la avienté al pinche elotero bien asustado acá como el Brad Pitt en Doce Monos y que me voy corriendo hecho la cochinilla pa´mi casa. Total, llego corriendo a mi casa, que es su casa y es un segundo piso, y digo: "No, ora sí ya: Si el número de escalones de aquí pa´rriba es par, el mundo se va a acabar bien gacho antes de el domingo". Y que cuento los escalones mientras los subía y ¡madres!!!, que eran 16. Ayyy mamachita, esto ya va en serio, pensé. Total, que abro la puerta de mi cuchitril y me dirijo a mi cuarto, y dije "no ya, ora sí va en serio, esta es la definitiva, las otras dos no valen". Total, que arranco una hoja de un cuaderno donde venía una puntuación de unos juegos de dominó y unas riatas dibujadas en señal de la metida que le dimos a la otra pareja, y la hago bolita y digo en voz baja: "Si no meto este papel en el bote de la basura, el mundo se va a acabar". Agarro pose de Maikol Jordan acá, paro las nalguitas, salto, lanzo la bola de papel hacia el cesto (séptimo, octavo...) ¡y cae afuera!!! Ya nos llevó la chingada. El mundo se va a acabar.

lunes, marzo 27, 2006

aquella caminata

El viento sopla como fumador empedernido y poco a poco va borrando el registro de nuestras huellas en la arena tibia; arena con sol de las 6 de la tarde. Las huellas de aquel atardecer que decidimos salir del hotel y pasear por toda la orilla del mar para ver qué tan lejos llegábamos antes de que nos cayera la noche y nos diera hambre. La marea sube y el oleaje se lleva instantáneamente nuestra caminata impresa en la arena oscura y mojada, bajo el sol de las 6 y media de la tarde. No es lo mismo grabar el molde de tus pies en arena seca que en mojada: en la arena seca permanecen más tiempo tus pisadas porque el viento es más condescendiente que el mar. Empieza a apagarse el día cuando el sol se mete a la cuna del mar, es entonces que decidimos volver. Además, empezamos a sentir mucha hambre. Vuelve a subir la marea y de nuestros pasos por la orilla de regreso al hotel sólo quedan pequeños pozos con agua que desaparecen con la siguiente ola. No queda rastro de nada. Al día siguiente, tirado en un camastro -con sol de medio día- después de un chapuzón, contemplo cómo el calor evapora sin piedad los charcos que dejaron al salir del agua mis pies talla 9 y los tuyos, talla 4, en el suelo rasposo que rodea la piscina: desaparecen como espejismos en un desierto. Volvemos al cuarto y la señal de nuestros dedos, arcos y talones hundidos en la alfombra del cuarto ha desaparecido al esponjarse otra vez el fino tejido de lana; sólo los residuos de talco dan la forma y curvatura de lo que pareciera ser un dedo gordo. Mucho tiempo ha pasado desde aquella caminata en la playa, y el tiempo hace lo mismo con mi memoria que el viento, el mar, el sol y la alfombra con las estampas de nuestra descalcez. El tiempo pasa y pasa y empieza a desvanecer tu recuerdo de mi cabeza. Es como si en mi pecho tuviera un océano que con cada ola se va llevando de mi corazón algo que alguna vez estuvo grabado en él.

viernes, marzo 24, 2006

luchitas de viejas

Hacía mucho tiempo que mi vejiga no estaba a punto de estallar, y no por que me rehusara a ir al baño a miar las Tecates de dieta, sino por la méndiga risa. Es que fui a la lucha libre femenil y ah, qué pinche botana agarré, juarjuar. Desde los nombres de las morras ya uno sabe que le dará el mal de orín: La Chacala, Tsunami, Lady Warrior, Linda Star, Intrusa y Princesa Zaranety; finísimas personas todas ellas, por cierto. Precio de la entrada para ver cómo se rajan la madre estas damas: 80 bolas. Cheve Corona: 15 pesos. Sillas de plástico, baños iguales a los de un taller mecánico y pura raza jariosa que no le alcanza para ir a un table dance y prefieren mejor llegar a su casa a hacerle el amor al “Compayito”, rememorando las imágenes de ese show de valkirias malhabladas y sudorosas. Algunas cosas que recuerdo causaron que la mitad de las cervezas me saliera disparada por la nariz y los ojos:

A la Princesa Zaranety le gritaban la Princesa Zorra Nety, y a la Intrusa, la Sin Trusa, porque traía un pinche calzón todo gacho y todo roto como la Gloria Trevi.

Se queja una luchadora “¡¡¡faul, faul!!!”, mientras se agarra la covachita en un gesto de dolor. En eso, grita un pelao del público: “¡Si ni huevos tienes, cabronaaa!!!”

Luego, salió una morra sin máscara, que era el vivo retrato de una Tortuga Ninja Mutante solterona, y empieza la raza “¡ponte una máscara, cabronaaa!!!” Y el mismo güey desmadroso de la vez pasada revira con un “no, mejor que se la quite”. Juarjuar, ese cholo se llevó la noche.

Después, salió una luchadorcilla toda chaparrilla y que la raza malora empieza a corear “mas-ca-ri-ta, mas-ca-ri-ta”, en alusión al luchador aquel que era enanito, y la morra bien encabronada grita “¡Cállense culeros!!!” Y el público presente seguía gritando más gacho “ta-chue-la, ta- chue-la, pinch-enana, pinch-enana” Y en eso, que sale la compañera del la pinche taponcillo al rescate, su partner, su pareja: una gordinflas bien machorra –pero igual de enana- que nomás le faltaba el bigote pa´confundirla con un chofer de la ruta 100. Y que grita el macuarro chistoso del público, fino cual abrigo de mink: “¡Esa gorda sí tiene huevooos!”. “¡Cállese culero, o le parto el hocico!”, le contesta la damita andrógina de peso completo apuntándolo con el dedo y mirándolo furiosa por encima de la tercera cuerda. Y empieza el coro contra la gorda: “Más- carnita, más- carnita”, juarjuar, en lugar de mascarita, más carnita, por choncha.

Otras frases en las que no pude contener el llanto y casi me ahogo con la Corona:

“¡Esa vieja trae Kotex!”, y responde el cholo chido “¡¡¡es el chile!!!
“¡De ahí no la agarres, le vas a ponchar una chicha!!!”
“¡Beee-so, beee-so, beee-so…”
“¡Ya la hirió, réferiiii!!! Ah, no, anda en sus días la cabrona”
“¡Mejor ponte a barrer, cabrona!!!
“Pareces piñata con ese traje, cabrona” (sí, cabrona por aquí y cabrona por allá era lo único que se escuchaba).
“¡Esa vieja es la hermana del réferi!!!
“Aaarrrrrrggggg”, le grita un compa al referi porque se parecía a Chubacca decían que era el hermano de la que parecía Tortuga Ninja Mutante.
“Raaa-fi-ta, Raaa-fi-ta…” le gritaba la banda a la Gorda Más Carnita en referencia al achichincle del Omar Chaparro.

El machismo, el vocabulario soez, la violencia contra la mujer y el sometimiento del sexo débil en todo su esplendor. Qué bonito estuvo.

miércoles, marzo 22, 2006

la ciber juana

Llamémosle Juanita de cariño (con el respeto que merecen todas las Juanas). En el msn siempre se pone Jenny pa´que no se entere la raza que en verdad se llama San Juana. Ni siquiera se pone "Johnny", por no levantar sospechas. Escribe “Jenny” y un corazoncito mamón a un lado. A veces pone caritas amarillas felices y otras llorando y otras que parece que se acaban de chupar un limón. También pone frases cursis en inglés para que menos sospeche la banda que se llama San Juana y que piensen que el Jenny es por "Jennifer" y que habla inglés porque estuvo en escuela privada. El caso es que la San Juana siempre está conectada, ¡siempre!, y eso no lo entiendo y me saca de quicio. Si va a la escuela pone: Jenny *corazoncito* (Ausente) “estoy en clases”. Si va a comer pone (Vuelvo enseguida), si no está en su casa pone “No estoy en mi casa, estoy en casa de mi abuelita”. ¿Qué pedo con Juana; por qué carajos sigue conectada si no está? A ver, por qué cuando va a cagar no pone “Fui a tirar el escombro” o cuando va a hacer pipi no pone “me fui a mojar el pelo”; mira qué chistosa, nomás lo que le conviene. Bueno, el pedo es que siempre está conectada y eso me encabrona porque me encabrona lo que no entiendo. Una vez La Juana salió de vacaciones y seguía conectada. Puso en el msn: “Dejen recado, ando de vacaciones, ¡¡¡qué rico!!!”. ¿Pero por qué coños no te desconectas si andas de vacaciones, pinche Juanita? No lo entiendo. En la madrugada, si por accidente te asomas al msn, ahí está la Jenny conectada aunque no haya nadien, y pone el monito de (Ausente) y entre comillas especifica: “Estoy dormida”. ¡Aaaarrgggghhhh!!! ¿Por qué Ch%&$#?¡ si te vas a dormir o te vas a ir de vacaciones o estás en el trabajo o simplemente no estás frente a la computadora, por qué demonios no te desconectas a la tingada??? Ya la neta: ¿cuántos Juanitos y Juanitas están leyendo este post?

martes, marzo 21, 2006

fabulitas de clasemedia

En aquellos tiempos ochenteros, cuando quería casarme con mi mamá y el disfraz de Súper Ratón ya estaba guardadito en el clóset esperando el próximo Halloween, yo era un niño muy enfermizo. Enfermizo no por el hecho de que me quisiera casar con mi madre, sino porque tenía muchos problemas en las vías respiratorias. Dormía con vaporizadores en el cuarto, se me cerraba la garganta, la nariz y emitía un extraño silbido al respirar por la boca, cosa que se me dificultaba aún más cada que llegaba el invierno. Mi padre me decía que no me podía casar con mi mamá porque él ya estaba casado con ella y que iba a traer un perro chihuahueño a la casa porque, según sus conocimientos veterinarios, esos perros son curativos y quitan el asma y las alergias. Es fecha que no padezco ninguna enfermedad respiratoria ni de ningún tipo. Es fecha que en mi casa tenemos puros perros chihuahueños. Por más que anduviera descalzo sobre el frío piso de mi cuarto, la cocina y los escalones, no agarraba ni un resfriado o catarro. Vino el invierno del 83 y fue el primero que pasé sin problemas de nariz tapada ni ese insoportable chiflido que salía de mi garganta al respirar por la boca. Anunciaban El Regreso del Jedi en los cines y el traje de Súper Ratón seguía colgado en el clóset. De vez en cuando lo sacaba para jugar e impresionar a mi madre; tal vez se diera cuenta de que yo tenía más músculos que mi padre y ,aparte, podía volar con mis superpoderes pedorros.

viernes, marzo 17, 2006

reflexiones pa´l fin de semana

No sé qué será más gacho como padre: Que te digan que a tus dos hijos los mataron sadicamente a cuchilladas o que tu hijo acaba de apuñalar sin razón a dos niños. Es irónico y sonará a una broma ofensiva pero, viendo las noticias sobre el chavito este que mató a dos niños en Monterrey cerca de mi casa, las declaraciones de su papá y del hermano diciendo que lo van a apoyar porque lo siguen amando y estarán con él hasta el final por más monstruosos que hayan sido sus actos, uno piensa: Chale, qué familia tan bonita y tan unida hasta en las peores situaciones. Tanto que dicen que la familia es un valor primordial que ahora ya hasta estoy confundido si ver esta situación como un ejemplo bien chido de unión familiar. Ta cabrón. ¿Qué será más gacho: que te vean como al padre de los niños muertos o como al padre del asesino?, ¿que te vean con lástima o que te vean con odio?, ¿cómo vivirás más tranquilo: sabiendo que a tus hijos los asesinaron pero ya están en el cielo o sabiendo que tu hijo sigue vivo y se la pasará el resto de sus días encerrado en un infierno? ¿Qué será más chido? Ta cabrón... chale, ahora ya hasta compadezco al pinche loco matón este.

miércoles, marzo 15, 2006

pendejadas al 2x1

Típico que uno termina en un buque tiburonero con bandera de Chipre, con los calzones todos miados y por encima del pantalón (como Chuperman) y con serpentinas y gorrito de fiesta todavía en la chompa después de una pachangota bien mamalona, ¿no? A mi me pasó una vez. Total, madrié a los batos que mataban tiburones, metí reversa al barco y llegué a un país europeo de esos que se creen muy europeos nomas porque están en Europa. Y ya, llegué con un camarada de esos que quieren ser presidentes de la república y que se van al extranjero a estudiar de mamones (pero pos mejor quedar bien con el futuro presichente del país) y pos me llevó de fiesta oootra vez. Y pues uno que está acostumbrado a la cheve miada que venden en México y a los vinos rebajados con tinte pa´cabello canoso, y pos sus amigos eran bien pipiris nais y pos puro vino acá en vaso, nada de andar tomando directamente del pico de la botella. Entonces pos como a las 2 copas de buen champán (que me supo a sidra Brindis de Oro, de 33 pesos)pos que me pongo bien rrobacho... digo, borracho. Y ya, al día siguiente no aguantaba la boca, el sabor y el olor, parecía que me había tomado pero el agua de todos los pinches escusados. Voy al fregadero a lavarme la boca y ¡puuuaaaaaj!!! Por eso ya no me volví a lavar el hociquito, quedé traumado.

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Y les dejo un Chiste Alowey en blanco y negro porque hoy es el día del blanco y negro. Saludos.


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lunes, marzo 13, 2006

la sirena que chupaba piñas coladas

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Añoras volver al mar pero es imposible. Tu cola de pez se secó, se partió en dos, te salieron piernas y olvidaste cómo nadar. Pasas horas llorando recargada sobre la barandilla de la popa, mirando con nostalgia la negrura ultramarina del océano. Lo más parecido al agua salada donde naciste son las lágrimas arrancadas de tu rostro por el viento, como traslúcidas escamas que vuelan y caen y se revuelven y se confunden con la sal del mar: tu hogar, tu amante, tu origen. Antes de conocerte, yo estaba ahí mismo, donde ahora lloras tú, me estaba tomando una piña colada bien cargada cuando te vi emerger y mirarme y seguirme nadando con tu cola de pez y haciéndome señas de que te sacara de ahí. Al principio pensé que ya andaba bien pedo o que era una mujer ahogándose, pero luego me dijiste que querías ser humana, probar de lo que estaba bebiendo, respirar el aire del cielo que se refleja en la superficie y conocer el amor humano; que no te importaba dejar las frías profundidades de esa masa líquida y llena de vida.
Y yo te lo advertí. Te dije que aquí en la tierra las cosas eran peores: que ese aire del cielo estaba sucio y que existe muy poco amor entre los humanos; es más, te dije que nosotros éramos los culpables de que tu casa estuviera sucia, llena de aceites, combustibles y basura de todo tipo. Que éramos un asco como raza. Pero no te importó. Entonces, te tiré un salvavidas que estaba colgado en la pared y subiste en él. En el momento en que tu cola dejó de tocar el agua, se partió en dos y no volviste a ser sirena jamás. Se te olvidaba eso cuando te ponías peda con piñas coladas, pero después, ya que se te pasaba la cruda, te arrepentias y llorabas. Pero querías ser humana y pagaste las consecuencias.
Me rogaste que te llevara al mar de vuelta y accedí, aún sabiendo que te perdería y que te ahogarías, como la vez que fuimos a Zihuatanejo y trataste de ser sirena otra vez y no te salió cola y casi te ahogas. Juntamos nuestros ahorros y tomamos un barco. Hicimos el amor por última vez en el camarote y te tomaste tu última piña colada decorada con un popote amarillo, una cereza atravesada con una espadita roja y una pequeña sombrilla oriental. Y ahí estás ahora, llorando recargada sobre la barandilla de la popa, respirando el rocío que sueltan las olas al golpear la embarcación. El mar está bravo, tal vez esté enojado porque lo abandonaste por mí. Hay un salvavidas similar al que te lancé años atrás y lo ves con rabia.
Te has terminado la piña colada y te duele la cabeza y te tocas con los dedos la sien y cierras los ojos de dolor. Siempre te dije que no las bebieras tan rápido. Tomas el pequeño paraguas oriental y lo miras y lo giras entre tus dedos, lo abres y lo cierras jugando. Sorpresivamente me besas con tu lengua, casi sin usar los labios; sabes a mar y vodka y sexo recién hecho. Subes a la barandilla sin precaución, alzas el brazo donde traes la pequeña sombrilla y saltas. La sombrilla vuela de tu mano y alcanzo a atraparla. ¡Splash!!!... y desapareces.
Y aquí estoy yo, apoyado sobre tus pisadas en la barandilla, jugueteando con el pequeño paraguas de adorno, con el viento arrancándome cristales de sal de los ojos que se diluyen al caer en ese azul ilimitado que me pasaré viendo durante todo el viaje de regreso.

sábado, marzo 11, 2006

el verdadero yo

Me siento bien mal por ustedes, mis amados lectores, porque desde que abrí este blog les he echado puras pinches mentiras. Yo no soy ese horrible frentón romántico de ojos color de escupitajo con moco que han visto en las fotos. El Filósofo de Cantina tampoco existe, realmente soy yo divagando en mi borrachera y tratando de justificar la conducta de las viejas gachas. De hecho, no trabajo en ningún periódico haciendo caricaturas ni escribiendo columnas exitosas; es más, ni dibujar ni escribir sé y voy a una tele secundaria rural para adultos. La realidad es que tengo una banda de música tropical y guapachosa donde soy el lead singer (debido a mi guapura) y cantamos en bodas de rancho, bautizos, congales de mala muerte y en una cantina que clausuraron ayer porque dos militares le cortaron el chile a un travesti que se los quería agasajar. Este es el verdadero Guffo, líder de la banda "Qué Chévere!!!":

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Sí, lo sé, soy más guapo de lo que pensaban.

Hubo un tiempo en que quise ser actor de cine porno debido a mi parecido con Ron Jeremy, y hasta fui a hacer casting y todo el pedo. Pero descubrieron que el bulto de mis pantalones era falso, que usaba varias prótesis pa´verme más acá y aumentar el tamaño de mi cacahuatito Sabritas. ¿Por qué las mujeres si pueden rellenarse el brasier con algodón, hule espuma y hasta bolas de queso asadero y uno no puede hacer lo mismo?. He aquí la foto del día del casting de la película "Patitas al Hombro Resbala Mejor el Moñoñongo", día en que descubrieron mi farsa. Tuve que romperle la botella de cerveza al director en la cabeza y salir huyendo, buju buju.

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Y eso de que leo mucho y que puro autor bien acá, bien interesante y bien filosófico y que escriben puras cosas existenciales, también es puro pedo. He aquí mi pan de cada día para el cerebro, pa´que se den cuenta por qué tengo tanta popó en la cabeza y escribo las estupideces que escribo:

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Qué chévere!!!

viernes, marzo 10, 2006

a estas alturas

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Lo mejor de viajar en avión es ir en el asiento de lado de la ventana. Y bueno, también las aeromozas. A través de la ventanilla el mundo es una frágil maqueta que se destroza con un coletazo de Godzilla o se barre de un estornudo de cualquier dios. Es como tener el punto de vista de un ave, un relámpago o una gota de lluvia. Aunque debo admitir que a esas alturas es algo decepcionante comprobar que las nubes no se pueden tocar y que los muertos no están en el cielo. Ya lo comprobé cuando he volado, porque el avión atraviesa nubezotas y no veo nada de eso que dicen que hay en el cielo. O tal vez en aquella nube dorada que se ve a la distancia las cosas sean como dicen que son y haya ángeles con aureolas, abuelitos y John Lennon. Sólo el océano no pierde sus dimensiones cuando se ve desde estas alturas; sigue imponente. En tierra uno voltea para arriba añorando la misteriosa infinitud del cielo; pero en el aire, uno voltea para abajo cuestionándose la profundidad del mar. Pero lo más interesante de ir viendo por la diminuta ventanilla, no son las sierras, ni las playas, ni las pistas de aterrizaje clandestinas en los poblados olvidados; me doy cuenta de que tú eres omnipresente… al menos en mi pensamiento.

miércoles, marzo 08, 2006

por la colita me iba a salir un árbol

Después de cada mandarina que me comía, yo siempre tiraba las semillitas al patio con la esperanza de que salieran muchos árboles, para que mi mamá ya no tuviera que ir a comprar más mandarinas a la frutería esa apestosa y llena de abejas a la que iba. Antes me tragaba las semillas, hasta que mi madre me dijo que si me las seguía tragando me iba a salir un árbol por la colita cuando fuera a hacer popó. En aquella época yo me comía como tres mandarinas diarias y a mi mamá le daba mucho gusto que comiera mandarinas en vez de fritos con chilito, pastelitos de chocolate o comida chatarra, como le decía mi padre a esa comida; pero también me regañaba porque me las acababa todas muy rápido y no le dejaba ninguna a mi papá para después de comer o de cenar, que era cuando le gustaba pelarlas y comerlas. El postre para mi padre siempre fueron las frutas, pero yo soñaba con bandejas de helado o refractarios de pirex con gelatina de limón. Pero mientras comiera mandarinas, mi papá no me decía nada y hasta orgulloso de mí se sentía. Igual y me hizo un bien al inculcarme que los postres son frutas y no mugreros azucarados. Eso sí, los árboles de mandarinas nunca se dieron en el pequeño patio de mi casa por más que escupía, enterraba y aventaba semillitas a la tierra, mientras la Chata, nuestra perra boxer, me miraba. No comprendía por qué en la casa de a lado, donde vivían los vecinos regañones, sí se daban los árboles de durazno. ¿Por qué aquí que somos bien buenas gentes no crecen mandarinas y allá que son bien regañones si crecen los duraznos? Y nomás por eso, me robaba los duraznos de a lado, jejeje, y me los comía sentado sobre la barda que dividía nuestras casas. Los limpiaba con la camiseta hasta quitarles la pelusita esa gris que tienen y que se llena de polvo y monch monch, a puras mordidas llegaba hasta el hueso. Una vez que devoraba la carne y la pulpa, roía bien el hueso con la lengua y los dientes, me lo sacaba de la boca con el índice y el pulgar, hacía un pequeño pozo en la tierra, depositaba el huesito, lo tapaba y le echaba agua; siempre ante la apacible mirada de la Chata. Si el árbol crecía, ya no me tendría que robar más los duraznos de los vecinos y mi mamá ya no tendría que ir a esa frutería apestosa y llena de abejas donde compraba la fruta. Pero tampoco se dieron los duraznos. Tal vez fue porque la Chata siempre miaba en ese rinconcito donde yo enterraba los huesos.

martes, marzo 07, 2006

popotitos

Llego al puesto de comidas corridas y me siento en la mesa donde está el periódico de hoy. Como siempre, le falta la sección deportiva, cosa que me vale madre pues es la que nunca leo. Pienso que si existe el cielo y el arrepentimiento y el perdón, pues vamos a matarnos todos entre todos, ¿no?, que al cabo no pasa nada, que al cabo todos quedaríamos libres de pecado porque los muertos iríamos al cielo bien bonito y los asesinos nos arrepentiríamos de todo corazón de asesinar y también nos iríamos al cielo. No mamen. Así no se puede. El puesto de comidas corridas no es un puesto -me expliqué mal-, es una fondita, algo así como una casa con mesas y cocina abierta al público; como un acuario donde todos ven cómo nadan los peces, pero aquí se ve cómo nadan las milanesas en el aceite. El servicio es tardado pero me traen la limonada que pedí al instante. Revuelvo y revuelvo porque me dijeron que la limonada era natural y no es cierto: es pura azúcar con colorante, de esa que venden ya preparada en sobrecitos de llamativos colores para engañar a los niños. Utilizo el popote como detector de metales bajo un mar lleno de tesoros piratas, y ahí estoy sentado en la mesa del restaurante, buscando en el fondo del vaso alguna semilla de limón. Pero nada, ni siquiera un gajito, pulpa o vellosidad que demuestren lo que dice el menú: “Limonada Natural - $20 pesos”. El azúcar asentado en el vaso es como la arena del fondo en donde reposan los restos de un naufragio. Bueno, a ver si los hielos derritiéndose des endulzan tantito la limonada, así como los lunes de 10 horas de trabajo le quitan sabor a la vida. No queda más que recordar qué era lo que nos mantenía entretenidos en situaciones tediosas como esperar un plato de comida en una fonda. Entonces lo recuerdo: Tapo el hoyo superior del popote con mi dedo índice, inclino mi cabeza hacia atrás, levanto el popote, suelto, y la gravedad hace su trabajo. Si fuera niño y mis padres estuvieran presentes, seguramente me regañarían por esa acción. Siempre que veo un popote sumergido en algún corrosivo refresco no puedo dejar de pensar en lo increíble que es que existan empresas que se dediquen a hacer popotes. Algo que parece tan sin sentido, como lo parecería una fábrica que hace ligas de hule, o una empresa de cerillos -existiendo los encendedores- o una de mondadientes. Esas empresas tiene todo un ejército detrás. Tienen su departamento de contabilidad, de mercadotecnia, de intendencia, de administración y todo nada más para que los huevones no se fatiguen cargando el vaso para llevárselo a la boca. Aunque también sirven para pasar bien el rato mientras se espera un plato de comida que, por cierto, ya tardó 20 minutos y sigue sin llegar. Vuelvo a tapar el orificio superior, levanto el popote, inclino la cabeza hacia atrás, abro la boca y la gravedad hace su trabajo. Puedo sentir que mastico pequeños trocitos de azúcar artificial porque truenan entre mis dientes, como los granos de arena cuando me tiro boca abajo en una playa solitaria durante las vacaciones de verano.

viernes, marzo 03, 2006

el crimen de ayer...

A veces pienso en lo ingenuo que soy al andar salvando perritos atropellados cuando hay gente que tira recién nacidos a la calle o viola niñas. Desde hace mucho perdí la fe en esta raza "humana" (bueno, la neta es que nunca le he tenido fe) y mejor me dedico a hacer mi trabajo como marciano aquí en la tierra lo mejor que puedo. Ayer un chavito de 21 años mató a cuchilladas a sus cuñadillos, una de 3 y otro de 7, o al revés; no recuerdo. Aparte, el señorito fileteó a su novia porque andaba de malas y la dejó muy muy grave en el hospital. Ya se imaginarán lo que dicen en los medios: que las películas, que la música, que la televisión, que el alcohol, que las drogas son los culpables. La verdad yo no sé. Existen alcoholicos y drogadictos que nunca cometerían tales aberraciones y personas disciplinadas con su vida que pueden perder los estribos y llegar a esos grados. Cada cabeza es una barbacoa. Eso de culpar a la música, la tele, y las películas siempe he pensado que son jaladitas.
Por ejemplo: El asesino de John Lennon confesó haberlo matado después de haber leído El Guardián entre el Centeno; mi libro favorito. Una excelente novela que habla sobre la inocencia perdida, la hipocrecía de la gente y la decadencia moral y espiritual que sufrimos tarde o temprano como humanos. ¿Que me guste ese libro me hace a mí un psicópata?, pfffttt, no mamen, por favor se los pido.
El problema es más grave y profundo y no me voy a poner a excavar en él. Lo único que sé es que las pinches cárceles están hasta el cuello de tipejos como estos y, obviamente, prefiero que mis impuestos trabajen para construir más escuelas y no para mantener ojetes de estos encarcelados para ver si se arrepienten de sus chingaderas. Yo no quiero que mis impuestos mantengan a ese tipo de cabrones y sí que le den la oportunidad a los niños de no covertirse en esa clase de cerdos (con el debido respeto que merecen los chanchos)a través de una buena educación.
¿Mi posición ante la pena de muerte?, ya la saben... Nos sale más barato que tenerlos encerrados 50 años dándoles de comer, comprándoles medicinas para el catarro, pomadas para desinflamar golpes, psicólogos que los traten de rehabilitar, pastillitas para el sida que les pegó el jotito de la celda de a lado... salen muy caros y son puro cabrón... no creo que valga la pena, pues nunca le he tenido fe a la raza humana.

jueves, marzo 02, 2006

lo que últimamente me ha molestado

Así como las inditas que venden semillas en los camellones de las avenidas traen a su chamaco cargando en la espalda con un rebozo, así Sabrina, la ex Big Brother, trae a dos chamacos cargando pero por enfrente. ¡Dios mío!, esa vieja es un insulto a la leche, a las vacas y a las madres. Esa mujer al rato va a andar caminando en cuatro patas con todo ese peso o la van a usar de boya en altamar. Es más, hasta al pinche cáncer de mama le ha de dar miedo atacar a esos monstruotes. Y hablando de ese fenómeno, ¿han visto su programa de sexo?, ay diochito santo. No es porque uno se asuste al hablar de pipis de hombres y mujeres, pero esta vieja sí que está bien tocadiscos la pobre, neta que sí. Ahí les van los temas de su programa para gente “openmind”: meterse cosas por el ano, miarle románticamente en la cara a tu pareja, sexo oral entre tres jotitos, consoladores de 15 pulgadas, sadomasoquismo, zoofilia, incesto, pedofilia, necrofilia…aaaahhh, pero eso sí: usen condón, chavos, es lo que les dice Sabrina siempre. Ah, y todavía la hace de psicóloga y doctora corazón con los loquitos que hablan a su programa confesándole que le quieren tronar el ejote a su hermanita de 6 años o que se quieren casar con su papá de ellos. ¡El horrooor! Una cosa es hablar abiertamente de las cosas y otra es caer en lo grotesco.

Años usando los cajeros automáticos y sigue habiendo gente que se apuñeta toda al momento de sacar dinero. Meten la tarjeta al revés, no la pasan correctamente, le pican a los botones a la brava. Ahí los ves a los usuarios, parados como pendejos viendo la pantallita, esperando a que salga el Chavo del 8 o las nalgas de Jennifer López o sepan mis bolas qué esperen. No creo que no entiendan las instrucciones, que están más claras que la piel de un albino y, tampoco creo que su cerebro de jaiba no tenga la suficiente memoria cómo para guardar el orden en que se le pica a los botoncitos.

También esos batitos y batitas que se quedan frente a la maquina de refrescos en los restaurantes de comida rápida donde hay “refil” (o sea, que te puedes servir el refresco que quieras) ¿Por qué se tardan tanto?, ni que hubiera tantas pinches opciones. Cola, naranja, manzana o refresco transparente, eso es todo lo que hay, ¿qué tanto le piensas? Ah, y luego todavía se quedan ahí frente a la máquina poniéndole la tapita a su vasito y metiéndole el popotito por el hoyito. ¿Qué hay que hacer pá que se muevan, arrimarles el popotote?

Ahí se ven.